domingo, 21 de febrero de 2010

Harper's Bazaar

¿Quereis saber qué he desayunado hoy? Cereales, tostadas, zumo y un Harper's Bazaar recién horneado.

Pues sí, aquí lo tenemos desde el Viernes, tras el desembarco de Vanity Fair o Squire en nuestro país, otra revista americana se anima a sacar edición en España. Ojo, que digo en España, y no en español, porque ya se estaba publicando en muchos paises de Sudamérica.
En cuanto me he enterado de que salía el primer número, me he ido corriendo al quiosco. Seguro que después de mis posts sobre Irving Penn o Annie Leibovitz, ya sospechabais que soy lectora habitual de revistas de moda; por no hablar de los enlaces permanentes que hay en el blog a: Allure, Vanity Fair, Women's Wear Daily o la propia Harper's Bazaar.

La verdad es que me divierten mucho. A pesar de su mala fama, por el momento no me han hecho caer en la anorexia por no tener el cuerpo de una modelo, ni en la depresión por no poder comprarme un bolso de Prada, ni me han convertido en un clon de Sienna Miller. Simplemente disfruto de sus magníficas fotos, leo los reportajes que me parecen interesantes y tomo notas de direcciones útiles... y luego sigo con mi vida, como si tal cosa. Como lo que me apetece, compro en Zara y me visto a mi gusto, aunque no siempre coincida con el de Anna Wintour.Eso sí, admito que siempre que viajo a Francia, Inglaterra o Estados Unidos, me traigo todas las revistas de ese mes. Eso no tendría nada de malo si las hojease en el avión y seguidamente las tirase a la papelera, como hace la gente normal. Pero es que soy incapaz de desacerme de ellas. Las voy guardando como recuerdo de los viajes, y cuando pasan unos años, entonces sí que me da pena tirarlas, porque constituyen una suerte de historia ilustrada de la moda. Resumiendo, que aún conservo ejemplares de The Face de principios de los 90.

Pero volvamos a Harper's Bazaar, que es el caso que nos ocupa hoy. Su edición norteamericana, data de 1867, 25 antes que su enemiga natural: Vogue, lo que la convierte en la revista de moda más antigua del mundo.Por supuesto, la revista de los hermanos Harper era muy diferente a la que conocemos ahora. Tenía formato de periódico, era semanal y se titulaba Harper's Bazar; pero ya tenía ese toque de exclusividad que la caracteriza, estaba destinada a las clases acomodadas, deseosas de conocer la última moda del otro lado del Atlántico.Sin duda, lo que ha encumbrado Baazar al olimpo del mundo editorial, son los maravillosos profesionales que han pasado por sus páginas:


Los ilustradores Erté y Andy Warhol cuando éste aún se dedicaba a la publicidad; fotógrafos de la talla de Alexey Brodovitch, Henri Cartier-Bresson, Brassaï, Man Ray, Irving Penn, Robert Frank, Diane Arbus, Richard Avedon... La mismísima Virginia Wolf fue redactora de Harper's Bazaar y Truman Capote publicó algunos de sus primeros relatos cortos. Y todo ello bajo la batuta de sabias mujeres como Diana Vrieland o Carmel Snow.

También hay una mujer al frente de Harper's Bazaar España, la jovencísima Melania M. Pan, de 27 años. Melania ha definido la revista como “una revista smart, por eso nuestro lema es hablar de la moda inteligente para gente inteligente” y promete que no será una publicación con "mujeres de plástico".

Está claro que sigue la filosofía de sus antecesoras americanas. Ya Carmel Snow definía su Harper's Bazaar como una revista para mujeres bien vestidas y con la cabeza bien amueblada "well-dressed women with well-dressed minds". Desde luego, no parece un mal punto de partida.

Estimada señorita Pan: escribo a máquina con todos los dedos, trabajo bien en equipo y tengo disponibilidad total para viajar. ¡espero su llamada!

domingo, 14 de febrero de 2010

Empire State Building


Apuesto a que mientras escribo este post, hay más de una pareja dándose el sí, quiero en lo alto del Empire State Building; algo que sólo está permitido hoy, el día de San Valentín.


La empresa The Knot, la organizadora de estas bodas tan peculiares, no ha inventado nada nuevo; simplemente ha sabido sacar partido de una realidad que ya existía: que el Empire State es uno de los lugares más románticos, no sólo en Manhattan, si no en el mundo entero.
Cada año, miles de parejas acuden al 350 de la 5ª avenida para tener una cita a ciegas, jurarse amor eterno o proponerse matrimonio.

Y ¿quién nos ha hecho verlo así? El cine, una vez más. A quién no se le ha escapado un suspiro viendo las tribulaciones de Cary Grant y Deborah Kerr en Tú y yo... Por no hablar de Kramer contra Kramer, Algo para recordar, o el pobre King Kong encaramado a su antena para que no le roben a su rubia.

Pero la principal razón por la que hay que visitar este emblemático edificio es para disfrutar de las magníficas vistas de la isla que se divisan desde su observatorio.

Una vez allí, podrías quedarte horas mirando todas las maravillas que se despliegan a tus pies: Times Square, la ONU, el edificio Chrysler, el Met Life.
La mejor hora del día es al atardecer, cuando empiezan a encenderse las luces de los coches y de los rascacielos y el cielo toma un tono azulado que nunca he sabido de dónde sale, pero que lo convierte todo en un decorado de cine.


Hay muchas otras atalayas en la ciudad, como el Top of the Wold en el Rockefeller Center, pero yo me quedo con el Empire State. Eso sí, para casarse no lo recomendaría; para tomar una decisión así, es mejor tener los pies en la tierra.

domingo, 7 de febrero de 2010

Esto promete: Segunda Fiesta Gran Lebowski

Lo que empezó como una broma entre amigos, lleva camino de convertirse en un clásico del panorama gijonés.

Dentro de una semana, el 15 de febrero (lunes de Carnaval), se celebrará una nueva fiesta dedicada al Gran Lebowski en el Sonotone. Obligatorio llevar disfraz ad hoc y deseable saberse los diálogos de la peli de memoria.

A partir de las 12 en el Sonotone (Celestino Junquera, 1, junto la la plaza de San Miguel). Pasadlo bien, chicos, y tomaos una copa a la salud de las que madrugamos el martes : (

miércoles, 3 de febrero de 2010

De los 20 a los 50 con Paco Delgado

Hace muchos, muchos posts, allá por el mes de agosto os hablé de una de mis tiendas favoritas de Madrid: Corachán y Delgado. En aquella ocasión, Bernardo Corachán nos habló largo y tendido sobre su tienda. Pues bien, hoy es Paco Delgado, copropietario y figurinista de profesión el que nos hace un recorrido por la moda de los años 20 a los 50 a través de algunas de las piezas que tienen a la venta.
Esta visita fue todo un lujo; no todos los días te encuentras frente a un experto en la materia explicándote los detalles y la historia de cada prenda.

AÑOS 20




Abrigo negro español de entretiempo en satén de seda, con bordados geométricos en hilo de seda, muy del gusto de la época; lleva manga acampanada y dos botones preciosos en el lado izquierdo. El forro de jacquard es una auténtica maravilla.

En el caso de este vestido de alta costura, sabemos que salió exactamente en el año 1922 del taller de modisto francés Jean Patou. Pertenece a una colección suya inspirada en China, es de muselina de seda bordado en pedrería y coral.


Abrigo inglés para las noches de entretiempo, en satén marrón bordado con cintas. Fijaos bien en las aplicaciones de pasamanería del cuello: me parecen una joya, vamos, de lo que ya no se encuentra...

AÑOS 30



Aunque os parezca increíble, ésta era originalmente una prenda para estar en casa; aunque no me imagino llevando esto encima de mis pijamas de franela. Es una mañanita inglesa, en terciopelo gofrado en chiffon de seda y se cierra en el cuello con un botón de nácar.

AÑOS 30-40

A veces resulta muy complicado situar una prenda en la época exacta en la que fue confeccionada, ya que las modas se van solapando y varían mucho de unos lugares a otros. Así que situamos las siguientes prendas entre los años 30 y 40 del siglo pasado.

Este camisero, confeccionado en Inglaterra, me me recuerda mucho a uno que llevaba mi abuela Regina en una foto tomada poco después de la guerra. Aunque en la imágenes no se aprecia bien el color, es azul petroleo, en crêpe-satén de seda con unos llamativos bordados de cordoné en los bolsillos.

Fijaos qué diferencia que había por aquel entonces entre la moda europea y la americana, mucho más atrevida y colorista, con detalles de fantasía, como este vestido rojo en crêpe de lana. Al otro lado del charco, ya se había generalizado la producción en serie desde los años 30 y el uso de plástico en los botones y hebillas. Todo eso no llegaría a España hasta los años 60.

Guantes de punto bordados con pedrería, flor de metal esmaltado y broche de bakelita con motivos florales. Un broche de campanillas igual que éste, si no el mismo, lo llevaba la actriz Lucía Jiménez en una escena de la serie "La Señora".

AÑOS 40

Este bolso de lana con boquilla cromada, que viene de Argentina, tiene un asa de lo más peculiar.


Al igual que el cierre de este otro, también traído de Argentina, confeccionado en otomán fino de seda.



Este es un abrigo de sarga de lana, acampanado, tiene un cuello precioso bordado en lana y cuentas. Está hecho en España.

Pendientes de latón con motivos florales.

Una de las piezas favoritas de Paco es este vestido negro en crêpe de seda bordado con lentejuelas. Tiene mangas ablusadas y botones forrados hasta la cintura, simulando un dos piezas.

AÑOS 50


Este par de zapatos en piel dorada y plateada combinada, aparte de estar increíblemente bien conservados, tienen un tacón que me encanta.


Abajo a la derecha vemos un broche de latón con forma de dos pececillos esmaltados en azul.

Y nos despedimos con una de las piezas más vistosas, este collar de cuentas de cristal y metal esmaltado proveniente de Estados Unidos.

Pues aquí se termina este viaje en el tiempo, espero que lo hayais disfrutado. Sólo me queda darle las gracias a Paco por compartir conmigo algunos de sus secretos.