miércoles, 27 de octubre de 2010

Cafetería HD, Madrid

Algo que envidio de ciudades como París o Nueva York, es el respeto con que han conservado sus bares, cafés y tiendas de antaño.


Lamentablemente, en España no siempre hemos sabido tratar estos establecimientos con el cariño que se merecen y a día de hoy son una especie en peligro de extinción.


Precisamente éste es el planteamiento de HD, preservar el sabor de las cafeterías de toda la vida, de terraza en verano y chocolate con churros en invierno.


El local es un proyecto del Grupo la Musa, todo un referente en la hostelería madrileña. Está más que demostrado que estos chicos dominan el arte de crear un lugar de moda partiendo de la nada: La Musa, La Musa Latina, Ojalá o Junk Club son claros ejemplos.
Por eso esta vez les apetecía hacer todo lo contrario: conservar un local tradicional haciendo el menor número de cambios posibles. Al fin y al cabo, como dicen los ingleses: Si no está roto, ¿para qué arreglarlo?

No fue nada fácil dar con el lugar adecuado para desarrollar este proyecto, pero después de buscar con paciencia por todo Madrid, encontraron una cafetería en el castizo barrio de Argüelles cuyos dueños estaban a punto de jubilarse.
El sitio era perfecto, como anclado en el tiempo, sin reformas ni cambio de decoración en los últimos cincuenta años.El local fue inaugurado en 1962 por los hermanos Díez, que llegaron a regentar ocho cafeterías en Madrid. Procedentes de León, quisieron rendir homenaje a su tierra utilizando como logo el león rampante de su escudo.
Varios años más tarde, el local pasó a manos de dos hermanos que habían comenzado a trabajar allí como camareros. Tanto unos como otros se negaron en todo momento a aceptar el más mínimo cambio, a pesar de las numerosas sugerencias y ofertar recibidas.

Por lo tanto, ese aire retro que le ha llevado a aparecer en reportajes y shootings de moda, no ha sido diseñado por ningún decorador de interiores megachic. Ha bastado con esperar a que volviese la moda de aquel entonces.
Las mesas y sillas del interior son originales, pero los chicos de la Musa han ido añadiendo mobiliario de las más diversas procedencias, desde mercadillos al desván de la abuela, todos ellos muy en consonancia con el entorno.
En el almacén aparecieron todo tipo de tesoros, desde botellas de brandy y pipermint hasta un lote de cerillas de Naranjito conmemorativas del Mundial 82.
Cuando llegó el momento de la reinauguración, en Julio de 2008, surgió un nuevo reto. ¿Cómo atraer a la clientela a una zona sin otros bares y restaurantes de moda? ¿Cómo hacer notar que el local ya no era el mismo, si al fin al cabo conservaba el mismo aspecto?

Es cierto que contaba con una fiel aunque escasa clientela fija de vecinos del barrio, personas mayores que lo frecuentaban desde siempre, pero con eso no era suficiente.

Después de probar los trucos de marketing más rocambolescos, la solución llegó sola, de la mano de las turistas y estudiantes extranjeras, a las que llamaba la atención aquel local entre retrochic y kitsch.
En poco tiempo el escaparate se llenó de rubias fashion que tecleaban en su Mac blanco último modelo, generando un poderoso reclamo para los transeuntes que las veían desde fuera.
Tras esa primera avanzadilla, llegó todo tipo de clientela joven, pero sin desbancar a los antiguos parroquianos.
Eso es lo que más me gusta del HD, la variedad de su clientela. Por la mañana se pasan a desayunar los vecinos del barrio, a media mañana los oficinistas y estudiantes a tomarse un pincho, antes del almuerzo es la hora de los vinos de los abueletes y la media tarde es el momento de las señoras que quedan con sus amigas para merendar.


Conforme cae la noche, va llegando el público más chic: gente del cine, publicistas, diseñadores, algún que otro famoso... No viven ni trabajan por la zona, pero llegan de todo Madrid dispuestos a ver y ser vistos mientras disfrutan de una amplia selección de ginebras o de un mojito de la casa.
Ahora que caigo, aún no hemos hablado de lo más importante. Al fin y al cabo, a una cafetería ¡se va a comer y a beber! Eso lo tienen clarísimo los propietarios de HD, así que la elección de proveedores es una tarea a la que dedican mucho tiempo y atención. Las materias primas, desde el café a los diferentes tipos de pan y bollería deben ser de la mejor calidad.
En lo que se refiere a la carta, han querido conservar clásicos como los churros de la merienda, pero todos los platos, aunque tradicionales en esencia, llevan un toque especial y muy innovador.

La estrella de la carta es, sin lugar a dudas, la hamburguesa de buey en pan artesano de cerveza negra. Si quieres probarla, te aconsejo que reserves mesa con antelación, sobre todo en fin de semana porque aquello se pone de bote en bote.
Como siempre os digo este blog no sería posible sin la ayuda de esas personas que se entusiasman con mi proyecto. Decididamente, el trabajo de campo es la parte más divertida, porque hace que conozca lugares y personas excepcionales. Así que gracias a Guille por hacerme de guía turístico por Argüelles y por ese interminable café que compartimos.
CAFETERÍA HD
C/Guzmán el Bueno, 67
Madrid
Metro: Islas Filipinas

martes, 19 de octubre de 2010

Banksy en Little Venice

Casi todas las ciudades bañadas por un río importante tienen canales, y Londres no es una excepción.
Quizá Grand Union o Regent's Canal no sean conocidos mundialmente, pero Little Venice, el lugar donde ambos confluyen, es digno de ver.

Si eres de esos a los que les agobia el jaleo de la ciudad, es el sitio ideal para desconectar. Además tiene una ventaja añadida, ya que une Regent's Park con Camden Town, donde se celebra el mejor mercadillo de Londres. Little Venice está lleno de barcazas ancladas en la orilla que albergan restaurantes y viviendas. Además, todas las casas que dan al canal tienen su propio embarcadero.

Es muy típico celebrar fiestas de cumpleaños o despedidas de solteros alquilando un barco para pasar la tarde en el río con música y un buen aprovisionamiento de cervezas.

Estos días me he acordado de Little Venice porque precisamente ahí es donde vi por primera vez la obra del misterioso Banksy.

Reconozco que desde que puse los pies en Londres, miraba detrás de cada esquina esperando ver uno de sus célebres stencil, pero ya llevaba más de una semana en la ciudad y nada, no había forma. Y eso que hasta había tomado notas de algunos de los lugares donde había graffitis suyos.
Cuando ya estaba llegando a la conclusión de que Banksy era un invento de la oficina de turismo británica, ¡aparecieron! Un poquito desdibujados por el paso del tiempo, un poco estropeados por las pintadas de algún gamberrete envidioso, pero allí estaban.

Primero una de sus famosas ratas, luego el niño pescando y más adelante la "cigüeña-rodillo". Para mí eran como viejos conocidos después de haberlos visto tantas veces reproducidos en libros, postales y posters.

Me extrañaría que alguno de vosotros aún no haya oído hablar de Banksy. No conocemos ni su verdadero nombre ni su cara, pero en las últimas semanas aparece a diario en los medios por la polémica cabecera que ha creado para un episodio de "Los Simpson" y por el estreno de su película "Exit through the gift shop".

Vamos, que parafraseando a Astrud y sin exagerar, se podría decir que "hay un hombre en Bristol que lo hace todo". Ha pintado en las calles de medio mundo, ha dejado su huella en el Muro de Cisjordania, se ha colado para colgar obras suyas en museos emblemáticos como la Tate Modern, el MOMA o el British Museum...
Aunque él se empeñe en permanecer en la sombra, está claro que Banksy brilla con luz propia. Paradógicamente, un crítico tan mordaz de la sociedad de consumo como es este artista, se ha convertido en un máquina de hacer dinero.
Empezó como un pandillero de barrio y ahora las obras de este "vándalo profesional", como él se autodenomina, se exponen en las galerías más selectas de Los Ángeles, se subastan por cientos de miles de libras y son objeto de deseo para personajes como Brad Pitt y Angelina Jolie.

Como él mismo dice: “No podemos hacer nada para cambiar el mundo hasta que el capitalismo se derrumbe. Mientras, habrá que ir a comprar para consolarse”.

Los Simpson http://www.youtube.com/watch?v=DX1iplQQJTo
Exit through the gift shop http://www.youtube.com/watch?v=a0b90YppquE

martes, 5 de octubre de 2010

Indienella: Anatomía Humana

Para aquellos pocos que no conocen el Savoy, bien por acabar de salir de un largo coma o por venir de otra galaxia, me veo en la obligación de explicar que es uno de los garitos más carismáticos de Gijón, donde aún se nos brinda ese regalo cada vez más escaso que es la música en directo.

El Sábado pasado, a eso de las once de la noche, Sofía Pedreira (batería y voz) y Luis A. Mayo (guitarra y voz), o lo que es lo mismo, Indienella, nos presentaban su segundo LP: Anatomía Humana.

Y cuando digo LP, me refiero justamente a eso, a un disco de vinilo como los de toda la vida. Ese soporte que muchos dieron por muerto a la llegada del compact disc, pero que sigue más vivo que nunca y cada día gana más adeptos.

El dúo continúa con su pop garagero del primer disco y nos ofrece trece temas compuestos por ellos mismos en español y uno en inglés, "Gothic smile", que creo que será mi favorito, aunque es pronto para decidir...
La portada del disco, una creación de Paco Cao, no tiene desperdicio. Es todo un homenaje a ese mítico juego que consistía en sacarle los menudillos de plástico a un muñeco y volvérselos a colocar en su sitio uno por uno. Qué divertido... ¿no? Bueno, quizá para los niños de Transilvania...
Pero a mí me aburría mortalmente, además siempre me sobraban piezas. O dejaba la carcasa abierta o le extirpaba el bazo, difícil decisión...


En fin, no nos salgamos del tema. Resumiendo: Yo que tú iría corriendo a comprar "Anatomía Humana" antes de que se agote, porque sólo se han editado trescientas copias, así que ¡va a volar!, literalmente.

+info: http://blogs.myspace.com/indienella
http://www.savoygijon.es/