Un grupo de escolares japoneses esperan ansiosos a que comience el gran espectáculo del cambio de guardia en el Palacio de Buckingham. No hace falta ver sus caras para intuir esa emoción que todos hemos sentido en nuestro primer viaje de estudios.
miércoles, 30 de mayo de 2012
sábado, 19 de mayo de 2012
Sorolla en la Hispanic Society of America
Ya os conté en su día lo mucho que me impresionó la exposición de Joaquín Sorolla hace tres años. En las salas del Prado se respiraba un ambiente casi religioso, con aquella luz tenue, una casi no se atrevía a alzar la voz en presencia de tanta belleza.
Alargué mi visita todo lo que pude y al irme me despedí con un hasta pronto de algunas de las obras sabiendo que podría volver a verlas en su casa Museo de Madrid o en el Bellas Artes de Oviedo. Muy a mi pesar, le dije adiós, entonces creí que para siempre, a las que volvian a manos de coleccionistas particulares o pinacotecas extranjeras.
Quiso la suerte que hace unos meses me reencontrase en Nueva York con la monumental serie de paneles Visiones de España.
Para comprender como fueron a parar las obras del pintor valenciano al otro lado del charco tenemos que remontarnos a 1892, cuando Archer Milton Huntingdon, un rico heredero neoyorkino, viaja por primera vez a nuestro país con sólo veintidos años.
Huntingdon, que había empezado a estudiar español muy jovencito, cae rendido ante la belleza y singularidad de la España de fines del XIX, de su cultura y sobre todo, de su arte, tanto es así que decide desmantelarla y llevársela a trocitos a los Estados Unidos.
No era éste el único americano interesado en la cultura europea, aunque otros coleccionistas tenían como objeto de deseo la pintura italiana, holandesa o francesa. A lo largo y ancho de la vieja Europa abundaban los nobles arruinados dispuestos a malvender su patrimonio.
Prácticamente a viaje por año, gracias a su fortuna adquirida en el negocio del ferrocarril y la construcción de barcos, Huntingdon va creando una completísima colección de arte español que abarca todas las disciplinas: libros, pintura, escultura, cerámica, mobiliario, numismática, orfebrería, fotografía... de diferentes regiones y épocas.
En 1904 reune su patrimonio en la sede de la Hispanic Society of America, situada en una zona despoblada del norte Manhattan, lo que hoy se llama Spanish Harlem. Para decorar la biblioteca de su fundación Huntingdon encarga una serie sobre los pueblos de España a uno de los pintores más cotizados por aquel entonces, Joaquín Sorolla.
El resultado son estos paneles que representan estampas típicas de diferentes lugares: la jota de Aragón, el palmeral de Elche, los toros en Sevilla, la romería gallega... así hasta catorce escenas. Andalucía es protagonista de cuatro de las pinturas, sin embargo Asturias, donde Sorolla pasó varios veranos, no fue incluida.
En las Visiones de España aparecen fielmente retratados paisajes, fiestas, oficios y trajes típicos que debían resultar tan exóticos para un neoyorkino como para nosotros las Mil y una noches.
A Sorolla, que siempre hacía sus apuntes copiando del natural, este encargo le tuvo ocupado casi una década y le costó la salud. Ni siquiera llegó a cobrar el trabajo, ya lo hicieron sus herederos.
Además de las Visiones de España, la Hispanic Society alberga otras obras de Sorolla que representan escenas de playa y retratos de personajes ilustres de su tiempo. También cuenta con obra de Murillo, El Greco, Velázquez, Zurbarán; y hasta un retrato de la duquesa de Alba firmado por Goya que nos recibe al entrar.
A pesar de todo, en sus más de cien años de funcionamiento, este museo no ha logrado cumplir con su cometido de divulgar la cultura española. No ha ayudado su política, hasta hace pocos años, de no realizar préstamos o intercambios de sus obras con otras instituciones; tampoco su ubicación lejos del centro, en una zona muy humilde donde muchos prefieren no acercarse.
Lamento decir que las condiciones de iluminación, humedad y seguridad de las obras dejan bastante que desear, supongo que por falta de medios económicos. Por suerte, la sala de Sorolla se acondicionó hace unos años gracias a la colaboración de Bancaja, pero el resto podría mejorar mucho.
Durante mi visita apenas me crucé con una pareja de valencianos y un grupo de amas de casa de Brooklyn. Qué pena que un lugar que encierra tantos tesoros sea tan desconocido para neoyorkinos y turistas.
+info: HISPANIC SOCIETY OF AMERICA
Audubon Terrace, Broadway between 155 and 156 Streets
Manhattan-NYC
http://www.hispanicsociety.org/
martes, 1 de mayo de 2012
Cata de Vinos con Coalla Gourmet
Hubo un tiempo, ya lejano, en que creí que algún día podría entender de vinos. Tengo un olfato fino y me encanta probar cosas nuevas, condiciones indispensables para ser una buena sumiller.
Pero enseguida me di cuenta de que este mundo es mucho más complicado de lo que una pueda creer en un principio. Lo cierto es que la nota de cata más completa que he conseguido redactar en mi vida dice algo así como: " está rico, me tomaría otra copa".
No obstante, considero que no hay que ser José Peñín para disfrutar de una copa de vino, y menos en este país, donde hay tantas maravillas por descubrir al alcance de la mano y del bolsillo; eso sí, no todos los bares son iguales, sobre todo ahora que el vino está de moda y en cada esquina surge un experto de pacotilla.
Uno de mis locales de confianza en Avilés es Llave y Cordobán, donde sé que siempre voy a encontrar un vino bien servido y una buena recomendación.
El Jueves pasado Tito, propietario de Llave y Cordobán, me invitó a una cata para conocer las novedades del distribuidor Coalla Gourmet y, por supuesto, allí estuve para pasar una velada muy agradable y de paso aprender un poquito de vinos con David Barro.
Como Asturias es un pañuelo, David resultó ser un viejo conocido, nada menos que el propietario de El Legado de Baco, una vinoteca de Gijón, por desgracia ya desaparecida, cuyo sótano era una cueva de Alí Babá surtida de las referencias más variadas. Desafortunadamente, ya no lo tenemos como chigrero, pero ahora podemos disfrutar de su buen hacer en Coalla Gourmet.
El Jueves nos presentó todo esto que vais a ver:
Como Asturias es un pañuelo, David resultó ser un viejo conocido, nada menos que el propietario de El Legado de Baco, una vinoteca de Gijón, por desgracia ya desaparecida, cuyo sótano era una cueva de Alí Babá surtida de las referencias más variadas. Desafortunadamente, ya no lo tenemos como chigrero, pero ahora podemos disfrutar de su buen hacer en Coalla Gourmet.
El Jueves nos presentó todo esto que vais a ver:
Me encantó la idea de comenzar la cata con una cerveza porque no soy demasiado aficionada a los blancos. Sagra se elabora en Toledo, de forma totalmente artesanal, con auténtica malta de cebada, a diferencia de las cervezas industriales que emplean arroz o maiz.
Esta empresa, que lleva poco más de un año en el mercado, ofrece varios tipos de cervezas, ésta en concreto es una Red Ale, sin espuma, de aroma intenso, ideal como acompañamiento de embutidos o comida japonesa. Para irse de cañas no es muy recomendable, porque tiene 6º nada menos...
Continuamos con este joven, con esa nota de fresa tan característica de la maceración carbónica. Un 100% garnacha para acompañar un pinchoteo informal.
Elaborado por la bodega La Calandria, me encantó el diseño de la botella, tanto la etiqueta como ese tapón que trae incorporado para cuando lo descorchas y me recuerda a las gaseosas de cuando era pequeña, aquellas de las que tenías que devolver el casco.
Este crianza con 9 meses de barrica es mi tipo, en una palabra. En un vino aprecio las mismas cualidades que en un hombre, a saber:
que sea elegante y clásico pero con un toque original, ni muy joven ni demasiado viejo y que cuando llegue su madurez no pierda esas notas frescas de la infancia. El brillo y la transparencia me parecen fundamentales, también un buen cuerpo y un aroma intenso, pero por encima de todo, el equilibrio.
Si se le puede sacar alguna pega a El Médico es esa falta de personalidad de la que adolecen ahora muchos caldos españoles, en los que uno no distingue ya el terruño ni la variedad de uva. El Médico es un Prieto Picudo disfrazado de Tempranillo, en una cata ciega seguro que más de un experto lo situaría en la Ribera del Duero antes que en la Tierra del León de la que es oriundo.
A este vino le pasa justo lo contrario, personalidad es lo que le sobra. Este coupage de tempranillo, garnacha y rufete, una variedad autóctona de esa zona que han sacado del olvido, es una mezcla tan explosiva que aún estoy pensando si me gusta o no, no se parece a nada que haya probado antes.
Lo bonito de Cámbrico es que ha conseguido implicar a todo el pueblo de Villanueva del Conde en esta joven bodega. Aunque ya había tradición de elaboración de vino artesanal por parte de las familias, ahora todos trabajan unidos seleccionando y mejorando la variedad rufete. No cabe duda que el proyecto está teniendo éxito porque Robert Parker ya ha puntuado por encima de los 90 puntos dos vinos de la Sierra de Francia que emplean esta uva.
Si no sois profesionales del mundo del vino a lo mejor no os dice gran cosa el nombre de Tomás Postigo. Pero si os digo que era el enólogo de Pago de Carraovejas y anteriormente trabajó para Protos, eso seguro que ya os va sonando más.
Ahora ha decidido trabajar por su cuenta, eso sí, sin moverse de la Ribera del Duero y nos ofrece su cosecha del 2009, un vino elaborado con el Tempranillo de la zona y unos toques de Cabernet Sauvignon y Merlot. El listón lo tiene muy alto y de momento esta nueva etapa pinta bien, veremos si logra sorprendernos una vez más.
Cerramos la cata con un Pedro Ximénez, un vino dulce producido para Coalla Gourmet por las bodegas Pérez Barquero.
Aunque siempre me ha llamado mucho la atención su proceso de elaboración, no soy una gran consumidora de vinos andaluces, ni Manzanilla, ni Montilla, ni Palo Cortado.., que me tome una copa ya se puede considerar un triunfo. Sin embargo Casa del Inca me gustó porque tiene un dulzor sutil, nada empalagoso, y el alcohol añadido está muy bien integrado. Uno no tiene la sensación de estar masticando pasas con azúcar, como me ha pasado alguna vez...
Pues con esto llegamos al final, la noche no dio para más, al día siguiente había que ir a la oficina y dicen que una retirada a tiempo es una victoria. Sólo me queda darle las gracias a Tito, de Llave y Cordobán por la invitación y a David, de Coalla Gourmet por sus explicaciones.
+info: Llave y Cordobán
Plaza de Carlos Lobo, 1
Avilés
Coalla Gourmet
Munuza, 7
Gijón
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