miércoles, 29 de agosto de 2012

Esto promete: Rafa Fernández en El Arte de lo Imposible

Anotad en vuestra agenda: el próximo viernes 31 de agosto a las 8 de la tarde los amantes de la fotografía tenemos una cita. Rafa Fernández inaugura su primera exposición individual en El Arte de lo Imposible.
En "New York State of Mind" acompañaremos al artista en un viaje apasionante por las calles de Nueva York a través de las diecinueve fotografías que componen la muestra. También disfrutaremos de un recital a cargo de la poeta Natalia Menéndez.

RAFA FERNÁNDEZ
"NEW YORK STATE OF MIND"
31 de agosto-26 septiembre
EL ARTE DE LO IMPOSIBLE
C/Jacobo Olañeta, 10 Gijón

lunes, 27 de agosto de 2012

Tokyo Street Style

¡Qué más quisiera yo que ser Yvan Rodic o Garance Doré...! Pero no, éste no pretende ser ese tipo de blog, para eso necesitaría dedicarle mucho más tiempo y esfuerzo a la moda.

No obstante, es difícil pasear por algunos barrios de Tokyo sin fijarse en cómo viste la gente en la calle. Tanto es así que hasta yo me he animado a hacer mi primera incursión en el mundo del street style y ha sido una gran experiencia. Señoras y señores, así se viste en Tokyo:
Me encontré a estos dos amiguitos tomando un café delante de una peluquería de Jingumae. Y cuando digo peluquería no os imagineis una de esas de barrio, en esta zona las hay espectaculares, espaciosas, con luz natural, muebles antiguos, flores por todas partes...
Un dependiente de Rugged Factory Concept store de Jingumae con total look de la tienda, hecho un pincel de arriba abajo. Me quedo con la pajarita y el pasador de corbata en forma de gafitas que lleva prendido en el ojal.
Jovencísima, pero con un sentido de la moda innato, no hay más que ver cómo posa. Esta niña que me crucé en Takeshita Dori iba preciosa, con ese pantalón y blusa tan originales, zapatos ochenteros de plataforma, peinada con trencitas recogidas en la coronilla y ese colorete rosa como de muñeca que sólo a ellas les sienta bien.
En general los jóvenes tokyotas van un poco demasiado vestidos para mi gusto, por eso me encantó esta parejita, como salida de Williamsburg, ese look sencillo pero ideal para un sábado de compras en Omotesando Hills. Lo mejor de todo es el pelazo de los dos y las gafas de él.
Quién iba decir que se volverían a llevar las deportivas con velcro, pero ahí las tenéis de nuevo.  El vestido es precioso, pero lo que de verdad me gusta es ese color de pelo y los labios rojos.
Sencillamente perfecto: traje impecable acompañado de los complementos perfectos, desde el sombrero hasta la punta de los mocasines, no se puede pedir más. Chicos, cuando por fin os atrevais a llevar bolso os dareis cuenta de que no podeis vivir si él.
De todas las modas de Japón me sigo quedando con el kimono y con la elegancia que ellas saben llevarlo. Los de verano son de telas ligeras, casi todos en tonos azules o grises como los de estas señoras de Ginza y suelen combinarlos con el calzado tradicional y bolsos tejidos como éste.

Un buen kimono de seda para una chica japonesa es como los pendientes de la abuela para una occidental, una joya valiosísima que se guarda con mimo y pasa de generación en generación.
Dos Lolitas que, a buen seguro, se acaban de dejar la paga semanal en las tiendas de Takeshita Dori. Se gastan verdaderas fortunas en estos vestidos, zapatos y toda la parafernalia que los acompaña. Esta tribu urbana ya hace tiempo que ha rebasado las fronteras de Japón, yo este invierno, sin ir más lejos, me encontré un grupito por Gijón.
Otros, sin embargo, una no sabría decir a qué tribu pertenecen...

Después de este post ¿Aún  creeis que todos los japoneses son iguales?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Hachiko, el perro fiel

En la literatura y también en la vida tendemos a utilizar la expresión "amor eterno" con cierta ligereza, pero en el caso de Hachiko, creo que es la que mejor define la lealtad que este perro guardó a su dueño hasta el último día de su vida.
Hachiko, un perro de la raza japonesa Akita, fue adoptado por el profesor Eisaburo Ueno de la Universidad de Tokyo en 1924 cuando era un cachorrito de sólo dos meses. Desde el primer día se creo entre ambos un vínculo especial, tanto es así que Hachiko iba todas las tardes a la estación de Shibuya a la hora en que su amo volvía del trabajo para recorrer juntos el camino de vuelta a casa.
Lamentablemente, una de esas tardes el profesor Ueno falleció repentinamente mientras impartía sus clases en la universidad. Hachiko lo esperó en la estación durante todo el día, y durante la semana siguiente y el mes siguiente y el año siguiente... convencido de que su amigo regresaría a por él.
No os creais que Hachiko quedó desamparado tras la muerte del profesor, ni muchísimo menos. Tanto su esposa como su hija intentaron llevárselo a casa, pero él se escapaba una y otra vez y volvía a Shibuya para sentarse en el sitio de costumbre. Nunca aceptó otro dueño que no fuese su querido profesor.
Hachiko llegó a hacerse muy popular, primero entre los usuarios de la estación y los comerciantes de la zona, que lo cuidaban y le llevaban comida; más tarde en toda la ciudad y en todo Japón. En 1934, aún en vida de Hachiko, se le homenajeó con una estatua de bronce en la plaza. 
Más tarde hubo que fundirla durante la segunda guerra mundial, pero en 1947 se construyó otra que está justo ante la salida principal del metro de Shibuya que lleva su nombre. Allí terminó sus días Hachiko, el 8 de marzo de 1935, sin haber perdido la esperanza de reunirse con su amo.

Aunque el cuerpo disecado de Hachiko se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Ueno, me gusta pensar que en cierto modo su sueño se cumplió, ya que parte de sus restos descansan para siempre en una caseta de piedra a los pies de la tumba del profesor Ueno, en el cementerio de Aoyama. 

domingo, 5 de agosto de 2012

Madrid desde el Círculo

Se me ocurren un montón de razones por las que merece la pena visitar el Círculo de Bellas Artes:
 
Sentarse en su terraza tan fresquita en verano, sumergirse en la belleza clásica del café La Pecera,
 La biblioteca, la librería, las mil y un exposiciones y conferencias que ofrece a lo largo del año...
Su majestuosa sede es obra del arquitecto Antonio Palacios, responsable también del actual ayuntamiento de la capital.
 
Todo el conjunto merece la pena, pero hoy quiero recomendaros que subais a la azotea presidida por la colosal Minerva de bronce del escultor Juan Luis Vassallo que se ha convertido en el emblema del Círculo.
 
En cuanto a las vistas, que al fin y al cabo es lo que uno busca en una azotea, yo me quedo con las últimas horas del atardecer, cuando abajo brillan los faros de los coches y los edificios se engalanan con sus luces.
El Palacio de Correos, el edificio Metrópolis, la tienda Loewe y el Instituto Cervantes... todos quieren ser el más señorial de la calle.
Madrid es bonita a cualquier hora, pero si a pleno sol es una niña bien que sale de misa de doce, por la noche es una debutante que va al baile con sus mejores joyas.
Desde el Círculo no se ve suciedad, ni pobreza, ni tiendas baratas, ni franquicias de comida rápida.
Desde la altura, se diría que Alcalá y Gran Vía aún conservan el tronío de antaño: cafetines, grandes estrenos, comercios de postín y americanos que toman copas en Chicote.
CIRCULO DE BELLAS ARTES
C/Alcalá, 42
Madrid
+info: www.circulobellasartes.com