lunes, 31 de marzo de 2014

Esto promete: Dejando atrás la realidad

Esta semana nos vamos de inauguración con Rafael Fernández, que durante todo el mes de abril mostrará su trabajo fotográfico sobre Tokyo, "Dejando atrás la realidad" en la galería El Arte de lo Imposible de Gijón.

Este proyecto, que fue objeto de una charla coloquio en el Museo del Pueblo de Asturias el pasado mes de febrero, ha  sido seleccionado para participar en Defoto 2013 y en la exposición "Colectiva Atlántica" en la Bienal Fotonoviembre de Tenerife.

Asimismo, una de las fotografías que componen la muestra fue seleccionada por el Certamen Nacional de Arte de Luarca 2013.

A partir del Viernes 4 de abril por fin podremos ver dieciocho de las instantáneas pertenecientes a esta serie. ¡No os lo perdáis!

+info: Rafael Fernández 
        Dejando atrás la realidad         
        Galería El Arte de lo Imposible          
        C/Jacobo Olañeta, 10         Gijón         
        www.elartedeloimposible.com

lunes, 17 de marzo de 2014

Manzana de Rubenimichi

Lo de tener un blog tiene sus ventajas, y una de ellas es que constituye un excelente escaparate para enseñarle a la gente las cosas que te gustan. Y de vez en cuando, tus allegados captan la indirecta y te regalan alguna de esas cosas, como me ocurrió en mi último cumpleaños.
Uno de mis regalos favoritos fue esta manzana de cerámica de Talavera diseñada por Rubenimichi que había fichado en La Fábrica este verano y que mi fan número uno escogió para mí en un alarde de originalidad, a quién más se le podría ocurrir regalarle una manzana a Eva...
En palabras de los propios artistas, la manzana es un elemento "muy Rubenimichi", que ya aparece en algunas pinturas pinturas de su exposición "Mágico" en la Fresh Gallery simbolizando eternidad, amor e incluso lujuria dependiendo del contexto; por eso decidieron hacerle un homenaje en forma de figura de cerámica. 
No era ésta la primera vez que colaboraban con el Centro Cerámico de Talavera. Allá por el año 2008, justo cuando los tres artistas empezaban a plantearse producir algo en cerámica, un formato que siempre les ha interesado como coleccionistas, llegó la invitación de este taller. Casualmente buscaban artistas jóvenes para participar en una exposición con la que celebraban el quince aniversario de esta empresa.
De inmediato aceptaron el desafío de reinterpretar la cerámica tradicional haciendo algo propio pero respetando a la vez el trazo, estilo y colorido que la caracterizan; así surgieron las primeras piezas y así han continuado trabajando conjuntamente durante estos seis años coincidiendo con un resurgir del mundo de la cerámica y un acercamiento por parte de la gente joven a este tipo de arte.
Cada una de las piezas producidas para Rubenimichi en el Centro Cerámico de Talavera pertenece a una edición limitada, numerada y pintada a mano en el taller.

sábado, 8 de marzo de 2014

Sushi para principiantes

En lo que va de semana me han recomendado al menos tres sitios en Asturias para tomar sushi. Está claro que la cocina japones cada día triunfa más en occidente.
Y es cierto que hay restaurantes donde lo preparan muy bien; aun así no hay semana en que no recuerde con nostalgia mis cenas buenas, bonitas y baratas de Tokyo.
No es que sea una experta en pescado crudo ni nada de eso, pero en España ya había probado alguna vez los tipos más comunes de sushi:
El nigiri, compuesto por un lecho de arroz con un trozo de pescado encima, a veces condimentado con alguna salsa
 y el maki que se sirve envuelto en un rollo de algas. Cuando el pescado no lleva arroz se llama sashimi.
La forma más fácil y económica de probarlo in situ es acudir a un kaiten-zushi, que es un bar de autoservicio con una barra giratoria alrededor de la cual se sientan los comensales.
Es frecuente que haya que guardar cola antes de cenar; en algunos establecimientos tienen una hilera de sillas para que el público espere su turno, como si estuvieses en la consulta del dentista. 
Y cuando el primero de la fila se levanta, todos se mueven un sitio para ocupar la silla contigua y dejar la última libre, parece el juego de la silla, una de esas peculiaridades que hacen único un país.
Una vez acomodado en la barra, escoger el menú es muy fácil, sólo tienes que coger los platos más apetitosos que vayan pasando y una vez terminados, ir apilándolos a un lado para que el cajero pueda hacer su cálculo de la cuenta.
O sea, el mismo sistema que se utiliza para los pintxos en las tabernas vascas. Y al igual que allí, dependiendo de los ingredientes, hay diferentes precios que a veces están indicados en el mismo plato o tienen un código de colores.
A mí me gusta dejarme llevar por mi intuición y como todos los pescados me gustan no me importa no saber qué estoy comiendo exactamente, pero para los más quisquillosos, hay unas cartas con las fotos y  nombres de cada producto en japonés y en inglés. 
Resulta muy útil, no sólo para saber qué es cada cosa, si no también para pedirle al itamae alguna variedad especial que no encuentres en la barra y te apetezca probar, en un minuto lo tendrás listo.
Si alguna vez vais a un restaurante de este tipo, os recomiendo sentaros lo más cerca posible del cocinero, es un verdadero placer ver la limpieza y la destreza con la que manipulan el producto.
Los kaiten zushi son lugares muy informales, donde se reúne la gente joven o familias con niños pequeños, el equivalente a tomarse unas tapas en nuestra tierra.

En sentido estricto ni siquiera se considera una comida completa, sino más bien un acompañamiento para la bebida o un entrante y hasta está permitido comerlo con las manos.

No obstante, conviene observar cierto "protocolo" para no hacer el ridículo a la hora de visitar uno de estos sitios. A mí, personalmente, la primera vez me descolocó ver todos esos cacharritos frente a mí sin saber qué contenía cada uno.
Poco a poco, observando al resto de parroquianos ves que la cajita alargada contiene palillos, vas aprendiendo a condimentar el sushi con salsa de soja y wasabi e incluso te sirves tu propio té sin montar una escena en plan Mister Bean como hice yo.
 
No os riáis, que la cosa tiene su intríngulis...Primero hay que coger una taza de las que del estante de arriba, luego hay que llenarla en el grifo de agua que tienes delante, os advierto que sale hirviendo.En una de las cajas cuadradas encontraréis té verde en bolsitas o bien en polvo (matcha), en ese caso se echa un poquito en la taza y se remueve con los palillos. El té es cortesía de la casa, no hay que pagarlo, y exceptuando los extranjeros es raro ver a nadie pidiendo ninguna otra bebida. Huelga decir que el "cañón"de cerveza Sapporo que sale en la foto, es mío.
En cuanto a las especialidades de sushi, no os recomiendo ninguna en concreto porque merece la pena probar de todo sin prejuicios: calamar, pulpo, langostino, salmón, california rolls, todos están buenísimos. Además el arroz tiene un toque de vinagre y wasabi que le da un sabor muy particular.














Lo que más rabia me da es tener que ir tan lejos para tomar atún rojo español bien preparado y a un precio razonable.
No obstante, hasta que pueda volver a comer sushi en Japón, me animaré a probar todos esos sitios que me habéis recomendado. ¡Gracias!