lunes, 12 de enero de 2015

Mi bañista de PYC, San Sebastián

Yo es que tengo imán para este tipo de cosas... y detecto un tesoro vintage a kilómetros de distancia.
Paseando por el barrio antiguo de San Sebastián descubrí PYC y a pesar de su tamaño, divisé estas preciosas  figuritas desde el otro lado de la calle.
 Entré a interesarme por ellas y así fue como descubrí la curiosa historia de este establecimiento.
Ya a principios de siglo existía un comercio en la Avenida de la Libertad, 43 llamado Bazar La Concha, que vendía al detalle y distribuía artículos de regalo y bisutería importada de Europa.
Muy próximo al antiguo casino, el Bazar La Concha volvía a abrir sus puertas a las doce de la noche para que las señoras de postín pudiesen comprar un recuerdo a la salida.
No pensemos en el turista tal como lo conocemos ahora, el que se compra un souvenir de plástico en un tienda de los chinos. En aquellos tiempos sólo unos pocos podían permitirse los viajes y los veraneos en la playa y esos pocos sólo se conformaban con lo más exclusivo.
Unos años más tarde, en 1930 Isidro Pajarón Ferrari, el fundador de Bazar La Concha y su antiguo empleado José Castellví se asociaron para abrir una nueva tienda llamada PYC en la calle Mayor, su ubicación actual.
Décadas después la tercera generación continúa ofreciendo el precioso stock de los años diez, veinte y treinta que aún queda en sus almacenes: pendientes, broches, collares, pastilleros y estas bañistas de porcelana, 
las mismas que compraban las señoras del casino y que se podían encontrar en Inglaterra o Alemania, donde solían montarse pegadas en una concha natural con el típico rótulo de "recuerdo de".
 

El caso es que me enamoré de una de estas muñequitas en particular y no me la pude quitar de la cabeza en todo el fin de semana.
Como no podía ser de otra forma,  el lunes  a las diez de  la mañana, justo antes de salir en coche de vuelta a casa, me fui a corriendo a la tienda rezando para que ya estuviese abierta.

Me la entregaron envuelta en este papel que aún luce el logo que los arquitectos Aizpuru y Labayen diseñaron para PYC en 1930.
La elegida para entrar a formar parte de la colección Fernández-Heres es este bomboncito que me cabe en la palma de la mano. Como va a seguir mirando al Cantábrico espero que no eche de menos los veranos de San Sebastián...
PYC
C/ Mayor, 15
San Sebastián