No es que sea una gran fan de la playa; parafraseando a mi neoyorkino favorito: soy pelirroja, en verano no me bronceo, me fulmino.
Pero con esta Semana Santa fría y lluviosa que nos ha tocado, hasta yo echo un poco de menos el calor y el sol.Por eso hoy se me ha ocurrido hablaros una vez más de Coney Island y de su Mermaid Parade, mi evento favorito del verano de Brooklyn, que ya protagonizó el segundo post de Los Secretos de Eva hace ahora tres años.
Esta fiesta parece hecha a mi medida, reune un montón de mis cosas preferidas: Nueva York, mar, disfraces, cerveza y comida basura, todo ello envuelto en un halo retro. No se puede pedir más.
Aunque también se encuentra en Long Island, Coney Island siempre ha sido la playa de los curritos neoyorkinos, frente a los Hamptons, donde tienen su segunda residencia las familias más influyentes de la ciudad.
El Mermaid Parade es el sitio ideal para practicar la fotografía, y de hecho las cámaras se cuentan por miles, tanto de profesionales como de aficionados.
Es natural, ya que hay un amplio abanico de personajes más que dispuestos a posar para ellos.
Aquí a nadie le importan ni los michelines ni las arrugas. Todo vale con tal de pasar un buen rato.
Mi favorita del año pasado fue esta chica disfrazada de ostra, que lucía orgullosa a su futuro bebé a modo de perla.
Hacia las dos de la tarde empieza el gran desfile de carrozas, pasacalles y artilugios varios que recorre todo Surf Avenue con gran estruendo.
Este desfile, que el próximo 23 de Junio tendrá su trigésima edición, es un homenaje al Mardi Grass, ya desaparecido, que se celebraba en Coney Island durante la primera mitad del siglo pasado.
Despúes de ver el desfile, seguro que querrás reponer fuerzas... No te preocupes, el paseo de madera y sus aledaños son un auténtico paraiso de la fritanga y los dulces.
Te aconsejo que cambies el chip y dejes de contar calorías, porque aquí no vas a encontrar ningún supermercado estilo Wholefood donde comprar esos alimentos sanos de Manhattan que ellos llaman "organic".
Aquí lo que se estila son exquisiteces como las galletas Oreo rebozadas y fritas o las almejas, eso sí, también rebozadas, acompañadas de patatas fritas y bañadas en salsa tártara. Algodón de azúcar, cocktails, cerveza, helados, batidos... Toda una oda al colesterol y las grasas saturadas.
No en vano, aquí se inventó el perrito caliente, introducido por el inmigrante alemán Charles Feltman a finales del siglo XIX. El restaurante Nathan's celebra cada 4 de Julio su hot dog eating contest, que es todo un acontecimiento nacional. La marca del mayor comedor de perritos se exhibe en un marcador durante todo el año, el ganador del año pasado se metió nada menos que 62 entre pecho y espalda.
Aparte de la comida, otra constante en las fiestas americanas son las exhibiciones de coches antiguos o tuneados.
Con su entrega de trofeos correspondiente.
No me puedo olvidar de uno de los sitios más pintorescos de Coney Island: su museo, bar y tienda de souvenirs.
Como anclado en los años veinte, es un lugar donde igual puedes degustar una Coney Island Lager, que comprarte un carrusel de juguete o presenciar un espectáculo de fenómenos de feria: enanos, gigantes, contorsionistas, mujeres barbudas... Merece la pena darse una vuelta.
La primera vez que visité Coney Island, su futuro pendía de un hilo; la gente se paseaba con camisetas con el mensaje "Save Coney Island" y los especuladores planeaban como buitres sobre la zona.
Bueno, bueno...
ResponderEliminarMenudo lugar, y menuda mezcla; no falta de nada!
Si pestañeas seguro que te pierdes algo!
Y este año vuelves a Coney Island? Vaya viajes que te gastas! ;)
Jejeje, pues no, me encantaría, pero este año no toca... Para esas fechas, en vez del traje de sirena, es más probable que lleve un kimono.
ResponderEliminarO_o!
EliminarLa envidia cochina se cierne sobre mi... ;)
Anda, anda, Davicín, quéjate tú, que viajas un montón...;)
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