jueves, 31 de diciembre de 2009

Times Square: Luces de ciudad

Siempre he dicho que cualquiera que tenga tele en casa, ya conoce Nueva York.
Muchos españoles no sabrían identificar la catedral de Burgos en una postal, pero seguro que no dudan si les enseñas una foto del Empire State Building o el Puente de Brooklyn.
Nos guste o no, nos hemos criado descubriendo cada rincón de la ciudad en películas y series, aunque eso no quiere decir que no queramos visitarla de verdad. Al contrario, yo me he ido creando una sensación de nostalgia de lo no vivido, como les ocurre a los hijos de los emigrantes.

Uno de esos rincones que conozco desde siempre es Times Square. Desde pequeña he visto como miles de neoyorkinos despedían allí el año cada nochevieja. Este año ha tenido, si cabe, más protagonismo por la aparición de una supuesta furgoneta bomba que casi les chafa la fiesta.

Cuando por fin viajé a Nueva York, la realidad no me defraudó en absoluto. Me explico: admito que Times Square es un compendio de cosas que no me gustan.


Apuesto a que ningún neoyorkino del Village que se precie, de esos que comen ensaladas de treinta dólares y van en bicicleta, se deja ver por allí, a no ser que trabaje en el New York Times, el diario que tiene sus oficinas en la plaza y que le da nombre desde el año 1900.


Es el paradigma del capitalismo y del consumismo más borrego,
está plagado de familias de turistas del medio oeste, con pantalones cortos y gorra de béisbol,
el ruido del tráfico es ensordecedor,
apenas se puede caminar por las aceras abarrotadas de gente,

si llueve se convierte en una auténtica locura, continuamente te abordan repartidores de flyers: discotecas, bares, tiendas, cines, teatros...Y sin embargo, sus luces me atraen como a una polilla. No me interesa en absoluto entrar en Hard Rock Café, en Virgin ni la gigantesca tienda de Levi's, lo que me encanta es pasear entre la gente, con mi helado o mi pretzel en la mano, simplemente disfrutando del espectáculo;


mirar hacia arriba, a los anuncios de neón y quedarme embobada siguiendo las evoluciones de las pastillas de m&ms,

escuchar a las bandas de músicos callejeros,

ver pasar los taxis y los autobuses para turistas... aunque tengo entendido que es zona peatonal desde hace algunos meses.
Una de mis escenas favorita es la entrada a los teatros de Broadway, fotografiar los carteles luminosos de las obras y ver a las mujeres que se bajan de las limousinas con sus mejores galas para asistir a algún musical.
Así que ya veis, lo admito, después de todo soy otra chica de provincias a la que todavía deslumbran las luces de la gran ciudad.

Cuando en la mañana de Año Nuevo vea las campanadas desde Times Square, volveré a revivir todas estas sensaciones. Siempre nos quedará la tele.

martes, 22 de diciembre de 2009

Te lo juro X mi bolso en Labshop

El fin de semana pasado tuve la agenda repletita, ya os iré contando, es que cuando llegan estas fiestas, todo se vuelve saraos...

De todas formas, reservé un hueco el Domingo por la tarde para visitar el Mercadillo de LabShop, en el Centro de Arte Laboral de Gijón. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero la verdad es que nunca lo he visto tan lleno cuando he ido a ver alguna exposición.

Allí me encontré muchas nuevas propuestas interesantes, pero también viejas conocidas, como la diseñadora ovetense Noemí González, a la que conocí este verano gracias a un tocado muy especial. Próximamente os contaré la historia.

Lo que me gusta de la trayectoria de Noemí es que no ha querido empezar la casa por el tejado. A pesar de su juventud la avalan diez años de experiencia en diferentes firmas, numerosos premios en el sector y una formación sólida en diseño, costura y patronaje industrial.

Sólo después de todo ese rodaje en el mundo de la moda, ha decidido establecerse como empresaria en Gijón, donde abrió hace algo más de un año su propio taller-tienda, que se llama "Te lo juro X mi bolso".


A mi modo de ver, el éxito de "Te lo juro X mi bolso" radica en el trabajo de calidad y en la exclusividad. Me explico, cuando nuestras madres eran jóvenes, solían tener una modista de confianza, que además de confeccionar vestidos a medida, creaba un modelo especialmente para ti.


Por eso las vemos tan estupendas en esas fotos antiguas, la ropa les sentaba como un guante porque estaba hecha pensando en ellas, no en una nórdica de 1,80 y 50 kgs y además tenían la certeza de que no habría otra chica en el baile con el mismo vestido.
Aunque la comodidad y la economía han ido ganando terreno a la elegancia, las mujeres no hemos cambiado tanto, y nos sigue gustando sentirnos especiales y llevar un traje con un buen patronaje y el corte que nos favorece, ese es el hueco que viene a cubrir "Te lo juro X mi bolso".


Noemí, no sólo diseña y confecciona ese vestido perfecto, sino que, rizando el rizo, lo acompaña de tocados y bolsos a juego. Puedes acudir a ella para un gran evento, incluso tu propia boda, pero también para hacerte ropa de calle.
Lo que aparece en estas fotos es sólo una pequeña muestra de su trabajo, tiene tocados muchísimo más vistosos y atrevidos que éstos. Daos un paseo por su blog y su web para ver todas las maravillas que ha ido haciendo por encargo para sus clientas. Y sobre todo, id a conocer su tienda.
TE LO JURO X MI BOLSO
C/PREMIO REAL, 11
GIJÓN
Tel: 984 39 95 20

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Feliz Año del Tigre

¿Dirías que esto es una postal de Navidad? A priori no lo parece, ¿verdad?
Pues sí que lo es. La envía una compañía japonesa y llegó esta mañana a mi oficina. Mi empresa es como las Naciones Unidas, lo raro es que reciba un e-mail en español a lo largo del día; así que poco a poco me he ido acostumbrando a las mil y un peculiaridades de otras culturas e incluso a "sufrir" las esquisiteces gastronómicas que nos envían los clientes.
Y es que, a menudo, vivimos tan ensimismados en nuestro pequeño trozo de mundo que no nos damos cuenta de que hay muchos paises donde el Domingo no es fin de semana, otros donde se veranea en Diciembre y otros muchos donde el día de Navidad es un día cualquiera.


Así que cuando reciben nuestros Christmas con Belenes y arbolitos de Navidad, se ven obligados a corresponder y para salir del paso nos envían una tarjeta como ésta, con cerezos en flor, pajaritos o montañas nevadas. Realmente, para ellos estas fechas no tienen ningún significado.

Algunos chinos y taiwaneses han resuelto la papeleta enviando postales felicitándonos el año nuevo chino, a pesar de que no empieza hasta el 14 de febrero de nuestro calendario gregoriano. Ya veis, cuando nosotros estemos celebrando San Valentín, muchos millones de personas estarán brindando por el año del Tigre.
Mi favorita es esta postal que viene con dos sellos commemorativos incluidos. Me parece una idea muy original, y debería cundir el ejemplo para que yo pueda seguir engrosando mi colección, jejeje
Al fin y al cabo, si todos fuéramos iguales, este mundo resultaría muy aburrido. Así que ¡Feliz Año del Tigre!