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domingo, 28 de diciembre de 2014

Descubrimientos de Navidad

¿Sabéis qué os digo? Cuando leo esos artículos en las revistas con recomendaciones para no pasarse comiendo en estas fiestas, me da la risa floja. Navidad es y siempre será una época de atiborrarse y gastar a lo loco, eso ya no hay quien lo remedie y en el fondo ¡nos encanta!

Sin salirme de la gama de productos clásicos de estas fechas, me gusta probar alguna cosa nueva y ya sabéis que cuando descubro algo bueno, siempre lo comparto.
En la cena de Nochebuena no suelo arriesgar con el vino, prefiero ir sobre seguro y comprar alguno que ya conozca. Pero este año, gracias a la recomendación de Ultramarinos La Colosal, me atreví con CORIMBO 2011 D.O. RIBERA DEL DUERO. Esta referencia viene de la bodega La Horra, en Burgos y es la cuarta cosecha de esta pica en la Ribera del Duero de la riojana Roda. 100% tempranillo y 14 meses de crianza, este tinto ha llegado a mi casa para quedarse. Es muy probable que repitamos en Nochevieja.
Hace ya un par de años que esta confitería de Piedras Blancas desembarcó en la Plaza de España de Avilés. Ya había probado sus pasteles y este año me he aventurado con los TURRONES DE HNOS. CASTRO. En la foto de arriba podéis ver las variedades de yema, con un toque justo de canela que lo hace irresistible y el de Jijona. Se vende al peso en tabletas de aproximadamente 250gr. 
MAZAPÁN ARTESANO DE ROSA LORENZO, hecho en casa con mucho mimo, productos naturales de calidad y huevos camperos gozoniegos, partiendo de esas premisas es normal que esté delicioso. Sin ánimo de pelotear a mi amiga, es el mejor que he probado hasta la fecha, supera al de cualquier convento. El año que viene, sin duda, repetiré encargo.

Eso es todo por hoy, sigamos maltratando nuestros maltrechos estómagos; ya vendrán luego los propósitos de año nuevo; entretanto ¡a disfrutar!

domingo, 19 de enero de 2014

Casa Marcial: Nacho Manzano

A no ser que seas un loco de los rallies, y como mi compañero de mesa, conozcas de memoria el trazado de la Subida al Fito, es muy posible que te cueste un poquito encontrar Casa Macial.
Digamos que el pequeño pueblo de La Salgar, a cinco kilómetros de Arriondas, no es el típico lugar donde uno espera encontrar un restaurante con dos estrellas Michelin.
Ésta era la primera vez que iba a comer en un local que tuviese ese reconocimiento, ya conocía algunos de una estrella, tampoco demasiados, pero ninguno con dos. 
Así que por el camino iba pensando: qué hay que tener para que la emblemática guía se fije en ti. Si sólo hiciese falta dar bien de comer, en Asturias habría cientos; porque no hay duda de que en cualquier chigre nuestra geografía se puede degustar manjares deliciosos elaborados con las mejores materias primas.
La originalidad y la innovación constante son imprescindibles, no cabe duda, pero debe haber algo más; y ese algo más, para mí, es la atención al detalle, no dejar ni un cabo suelto para hacer de la comida una experiencia perfecta.
Suelo decir que soy de esas personas que comen con los ojos, y con esto no me refiero a un emplatado más o menos vistoso, que desde luego valoro muchísimo, si no otro tipo de cosas como el entorno, que en el caso de Casa Marcial parece hecho de encargo, como sacado de una novela pastoril; 
la decoración del comedor, la disposición de las mesas, la pulcritud de los  manteles, la iluminación, las copas Riedel relucientes, la vajilla diferente para cada plato y si me apuras hasta el papel pintado con pajaritos del cuarto de baño, por qué no.. 
Todo ello, junto con un servicio impecable, contribuye a crear una atmósfera especial, convirtiendo la visita a Casa Marcial en un paréntesis en la rutina de tu vida diaria.
El nombre de este restaurante aparece, inevitablemente, ligado al del cocinero Nacho Manzano, al frente del negocio familiar desde hace veinte años.
Reconozco que  soy eso que las madres llaman "mala comedora", pero conociendo la labor de investigación que lleva a cabo Nacho Manzano, me senté a la mesa con la mente abierta y dispuesta a disfrutar de todo lo que me sirvieran.
Así que en vez de ir a lo seguro y pedir un entrante, un plato principal y una botella de algún tinto que ya conociese, opté por arriesgar probando un menú de degustación compuesto por cinco platos y dos postres acompañado del maridaje de blancos y sidras seleccionado por el sumiller Juan Luis García, un murciano que no dudó en cerrar su negocio para venir a trabajar a Casa Marcial y que a pesar de no ser asturiano, apuesta al cien por cien por las nuevas sidras que se producen en nuestra tierra. A continuación os enseño, uno por uno, todos los platos del menú:
Para empezar, cuatro aperitivos cortesía de la casa. El primero fue la tosta de pipa de calabaza con mantequilla de Arbequina.
Para acompañar yo tomé un cava de la bodega Alta Alella, Privat Nu 2011, elaborado con uva pensal blanca.
Y mi compañero de mesa una sidra de autor Emilio Martínez Brut Nature procediente del llagar el Gobernador en Villaviciosa.

Continuamos con el canutillo de maíz con curry.


Manzanitas de Afuega'l pitu, queso por dentro y almíbar por fuera, tan bonitas que da pena comérselas.

Salmón con mix de especias y su piel. Maravilloso, desde la presentación en esa tulipa hasta la textura crujiente de la piel y el aroma a ahumado.
Y pasamos a los platos principales del menú. Nécora que se come entera, adornada con elementos tan sorprendentes como el chile o las algas como acompañamiento del marisco.
Como acompañamiento Sidra Brut Prau Monga 2006, elaborada en Nava por Viuda de Angelón.
Tortellini de faisán en su caldo, algas y zanahorias tiernas.
Imposible resistirse a mojar pan en el caldo, sobre todo si te dan a elegir entre escanda, maíz y frutos secos, a cual más apetitoso.
Huevo, algas, hierbas de las marismas, consomé de otoño y paloma.
La propuesta de maridaje tanto para los tortellini como para el huevo fue la Manzanilla de Jerez San León Reserva de la Familia, hecha en Sanlúcar siguiendo el método tradicional, sin filtrar.
Tórtola con cremoso de maíz, hongos y fabes verdes.
Aquí viene el momento histórico en que me animo a probar una faba en un acto de total confianza hacia la cocina de Nacho Manzano, porque yo nunca como legumbres de ningún tipo.
Merluza en su jugo con jalapeños, una combinación que jamás hubiese pensado que funciona, pero vaya si funciona...
Para la tórtola y la merluza, Juan Luis nos propone Mengoba sobre lías 2008, un blanco del Bierzo hecho con uva godello y doña blanca.
Llegamos al postre, donde están presentes los tradicionales quesos asturianos: Varé, Pría y Gamoneu, con mermelada de limón, ciruela y frambuesa.
Para acompañar el queso, otra sidra procedente de Sariego, Valverán 20 Manzanas, un producto  inspirado en las sidras de hielo de Quebec, que consigue conservar todo el dulzor de la manzana gracias a su congelación previa.
Coco invertido con fruta de la pasión, helado de hierba luisa e hilos de chile, una explosión de sabores, sobre todo el del helado, un frescor que se agradece al final de una comida tan copiosa.
Y el último de los vinos éste dulce, El Sequé 2011, elaborado en Alicante con el mismo proceso que los vinos de Oporto.
Llegado el momento de los cafés y licores, nos ofrecieron salir a la terraza,
pero yo, que me había enamorado del porche nada más verlo, preferí tomarlo allí, me pareció mucho más acogedor.
Aunque el nombre de Nacho Manzano fue una constante a lo largo de la comida: "Esto es una creación de Nacho", "A Nacho le gusta así"... la verdad es que a él no se le veía por ninguna parte.
Teniendo en cuenta que la familia cuenta con otro restaurante, "La Salgar", en Gijón, que hace poco también desembarcó en Londres, con Ibérica Canary Wharf, que asiste a congresos, actos de promoción, programas de televisión...
parece lógico que delegue cada vez más en su equipo de confianza, parte del cual podéis ver en esta foto: Juan Luis García, Ana Mª Dogos y Olga Manzano, que se encarga del comedor.
Pues no, aunque no sea de los que se prodigan saludando de mesa en mesa, Nacho Manzano está a diario donde debe estar, entre los fogones de su cocina. Como sé que no lo tiene por costumbre, le agradezco que saliese expresamente a saludarme y dedicarme unos minutos en la sobremesa.
Pero ahí no terminaron las atenciones, antes de irme, Juan Luis me invitó a ver la cocina, explicándome la historia de la casa, en tiempos un chigre regentado por el abuelo de los hermanos Manzano, donde cocinaba su  madre Olga y donde hizo Nacho sus primeros tortos, su primer plato estrella.
En la sala donde jugaban Nacho y sus hermanas de pequeños está ahora el comedor del piso de arriba.
Poco queda ya de esa cocina y de la casa familiar tras las profundas reformas que la han modernizado dotándola de la tecnología más vanguardista.
Y es que, si es difícil entrar en el olimpo Michelin, más complicado es mantenerse. Exige trabajo diario y no bajar nunca la guardia, ya que uno nunca sabe cuándo va a recibir la visita sorpresa de uno de los inspectores.
También conocí el sancta sanctorum de Nacho Manzano, la cocina y pequeño comedor donde hace sus experimentos culinarios y recibe a sus amigos.
Como veis, además de comer de lujo, me abrieron de par en par las puertas de Casa Marcial y se puede decir que entré hasta la cocina.
 
Sólo me quedaba visitar los dominios de Juan Luis, la bien surtida bodega y despedirme con muchas ganas de volver. Como sé que muchos ya os estaréis lanzando al teléfono para reservar, os advierto que estará cerrado hasta el mes de abril, así que armaos de paciencia e id planificando una escapada a Arriondas la próxima primavera para probar las novedades, que sin duda, las habrá.
Casa Marcial-Nacho Manzano
La Salgar, s/n
33540 Arriondas
www.casamarcial.com
Tlfno reservas: 985 84 09 91

jueves, 28 de noviembre de 2013

Noviembre en Madrid

Cuando una llega a Barajas y se encuentra con un bajón de veinte grados de temperatura como el que sufrí yo la semana pasada, sólo le queda una opción: darse a los placeres del buen comer y mejor beber y si sobra tiempo, visitar alguna exposición de fotografía que las hay y muy buenas, estos días en la capital.

MYA QUESOS ARTESANOS
El Miércoles pasado me tomé unas tapas en el Mercado de San Miguel. Como ya os he comentado en alguna ocasión, ya ni me asomo por allí los fines de semana, es misión imposible conseguir una mesa y hay más guiris haciendo fotos que gente consumiendo.
Y la verdad es que no los culpo, porque mirad lo bonito que ha quedado el puesto La Fromagerie después de su reciente remodelación.
Ahora se llama Mya y además de esta decoración tan llamativa que te invita a pararte, tiene una nada despreciable representación de quesos artesanos producidos a lo largo y ancho de nuestro país. En esta ocasión opté por un manchego curado de oveja acompañado de Ribera del Duero, un clásico que nunca defrauda.
MYA-Mercado de San Miguel. Plaza de San Miguel s/n

 TERRY O'NEILL EN FUNDACIÓN TELEFÓNICA
Quizá su nombre no os suene demasiado, pero seguro que conocéis alguna de sus fotografías de celebrities de las últimas décadas.
Terry O'Neill se ha movido como pez en el agua entre actores, modelos, músicos y deportistas. Para que os hagáis una idea, fue el primero en fotografiar a unos jovencísimos Beatles y Rolling.
Inmortalizó el Swinging London de los sesenta, contribuyó a lanzar la carrera de Elton John y fue amigo personal de Sinatra, al que retrató durante treinta años.
 Según O'Neill había tres reglas de oro para triunfar en la fotografía: ser invisible, tener paciencia y combinar la discreción con las relaciones públicas.
Terry O'Neill, el rostro de las leyendas. Hasta el 12 de enero en  Fundación Telefónica. C/Fuencarral, 3

JAZZ EN EL POPULART
Con veinticinco años de buena música a sus espaldas, el Populart es un clásico de la noche madrileña.
No importa el día de la semana que sea, verano o invierno, creo que nunca he conseguido mesa en el Populart después de la cena. Pero aunque sea desde la barra, merece la pena pasar un rato escuchando jazz en directo.
En las fotos, la Canal Street Jazz Band, músicos residentes de la casa a los que ya he tenido ocasión de escuchar varias veces.
Café Jazz Populart. Huertas, 22

LAVINIA
Confieso que el barrio de Salamanca no es la zona que más explorada tengo de Madrid. Aun así tengo mis lugares de referencia a los que procuro ir de vez en cuando, como Lavinia, situada en plena milla de oro de la capital y buque insignia de este grupo empresarial que ya tiene abiertas once tiendas en diferentes países.
Los amantes del vino seguro que la conocéis o al menos habéis entrado a curiosear en su tienda on-line. En este local de mil metros cuadrados se puede adquirir vino de todos los rincones del mundo, abarcando toda la gama de precios.
Además de comprar vino por botellas, se puede catar alguna referencia que normalmente no se encuentra por copas en estas máquinas que veis en la foto o en la barra del piso de arriba. También en el piso de arriba cuenta con un pequeño restaurante.
En la propia tienda se organizan también cursos de cata y diversos eventos relacionados con el vino.
Lavinia. Ortega y Gasset, 16.  Para comprar on-line www.lavinia.es

LA MUSA
¿Os acordáis de la cafetería HD, de la que os hablé hace un par de años? Pues este restaurante también forma parte del grupo La Musa, y se nota a primera vista el buen gusto y la atención al detalle que caracteriza su trabajo.
En un barrio donde cada día ves un local nuevo tiene mucho mérito mantenerse tantos años en el candelero y siempre lleno.
Os recomiendo el menú de tapas para dos personas, que viene en tren tandas: Una primera del ambientación oriental con ensalada, salmón, california rolls y makipan, es decir makis envueltos en bollo de perrito caliente en vez de arroz.
La segunda: minihamburguesa, dumplings, langostinos y una bomba de patata rellena. Y si consigues dejar hueco, que es complicado, tres tipos de postre: una especie crema de queso con miel y galleta, brownie con tofe y cheesecake.
La Musa. C/Manuela Malasaña, 18


CAFÉ COMERCIAL
Lo de que haya cerrado el Dindurra de Gijón me tiene un poco melancólica estos días, aún no me lo creo. No es que fuese clienta de diario, pero sí que lo he visitado regularmente en los últimos veinte años.
Hay tan pocos cafés que de verdad me gusten que cada vez que desaparece uno siento que la vulgaridad nos gana terreno por momentos. Afortunadamente, en Madrid aún quedan muchos de estos reductos de techos altos, espejos y camareros con chaquetilla y galones, como el Comercial, ese anciano venerable fundado en 1887.
Del Comercial me gustan muchas cosas: sus lámparas, las tazas y sobrecitos de azúcar con el nombre, su agenda cultural, su clientela que abarca todas las edades pero sobre todo, sobre todo me fascina su puerta giratoria. Me pregunto por qué ya no las hay en ningún local, a mí me encantan.
 Café Comercial. Glorieta de Bilbao, 7

JESSICA LANGE EN ESPACIOFOTO
Gracias a la invitación de los hermanos Olazábal, al frente de la galería Espaciofoto, he podido disfrutar una vez más de las fotografías de Jessica Lange.
Algunas de ellas ya formaban parte de la exposición del Centro Niemeyer, pero otras muchas eran totalmente nuevas para mí.
 El Jueves pasado se inauguró esta exposición con gran éxito de público y la presencia de varios fotógrafos de la casa, de derecha izquierda: Rafael Fernández, Luis Baylón y Jesús Limárquez.
Unseen, Jessica Lange. Hasta el 17 de enero en  Espaciofoto. C/Viriato, 53

LA MALLORQUINA
Esta confitería, antes café tertulia y salón de té lleva triunfando en la Puerta del Sol desde 1894, nada menos.
La Mallorquina es famosa por sus napolitanas, aunque en mi opinión las palmeras no tienen nada que envidiar.
Exceptuando Doña Manolita, creo que nunca he visto tanta cola para comprar en ningún lado. 
Y cuando llegan estas fechas, además de buena bollería típica de Madrid, ofrece estos mazapanes artesanos a los que apetece cantarles "Ven a mi casa esta Navidad".
La Mallorquina. Calle Mayor, 2