domingo, 28 de marzo de 2010

8 Vidas: la Historia de Copito

Éste podría ser uno de esos cuentos que me leían de pequeña, uno de aquellos troquelados, quizá con un minino blanco dibujado en la portada; yo creo que por eso la historia de Copito me llegó al corazón en cuanto la conocí.

Érase una vez un gatito que vivía feliz en una casa de pueblo, donde andaba a sus anchas, oliendo las flores, tomando el sol y persiguiendo ratones. Le pusieron por nombre Copito, porque era una suave bolita de pelo blanco donde sólo destacaban dos enormes ojos verdes y una naricilla rosa.

A Copito le gustaba vivir en libertad, pero pronto sus dueños vieron que algo iba mal. Ni se inmutaba cuando le ladraban los perros, se quedaba dormido debajo de los coches y no atendía a las llamadas. No es que fuese desobediente o que no temiese el peligro, es que simplemente, no podía percibir las señales de alarma porque era sordo.

Finalmente, cuando Copito tenía seis meses, fue atropellado. Su dueño se dio cuenta de que aquel no era un lugar adecuado para él y que su vida corría riesgo si continuaba así. Fue entonces cuando decidió entregarlo a la Asociación Protectora 8 vidas.

Durante los días que duró la cuarentena en casa de Any, una de las voluntarias de 8 vidas, Copito se portaba muy bien y se iba adaptando poco a poco a su nueva situación.

El problema llegó cuando tuvo que compartir espacio con el perro y los otros nueve gatos que vivían en casa de Any: Copito no hacía amigos. Al principio se mostraba cohibido y miedoso con los otros animales para, más tarde, pasar a la acción y atacar frontalmente a todo aquel que se le acercaba. Con los animales, era de temer y con los humanos se mostraba siempre arisco y malhumorado.


Afortunadamente, se suponía que éste iba a ser un hogar provisional para Copito. Los chicos de 8 vidas, mientras tanto, buscaban una familia adecuada para él. Lo anunciaban en su página web propia y las de muchas otras asociaciones de ayuda a los animales, contándole a todo el mundo lo mucho que necesitaba que alguien se fijase en él.

Pero iban pasando los meses, Copito ya tenía un año y seguía en casa de Any, cada vez más infeliz, hasta el punto de tener que ser medicado para tratar su ansiedad. Aunque había personas buenas que se preocupaban por él, como su padrino Baldomero, que costeaba su comida, nadie se decidía a llevárselo a casa.

Hace unas pocas semanas, conocí la historia de este gato a través de la página de Facebook "Animales Abandonados en Asturias" y empecé a implicarme en ella, deseando que por fin apareciese un hogar adecuado para Copito. Debía ser un lugar seguro, donde no hubiese más animales que le molestaran y donde no tuviese acceso al exterior.

Me alegré mucho cuando leí que Fanny y Diego, una pareja de Oviedo que ya tenía una gatita sorda, se había compadecido de la situación de Copito y había decidido llevárselo a casa durante un par de semanas. Pero claro, aquella no era una solución definitiva, después de esas cortas vacaciones, tendría que volver con Any.

Fanny empezó a escribir sobre el gatín en Facebook , colgar fotos y contar lo tranquilo que estaba con ellos, hasta tal punto que ya no necesitaba tomar la medicación. Fue en ese momento cuando Rafa y yo empezamos a plantearnos que quizá nosotros fuéramos esa familia que tanta falta le hacía Copito.

Fuimos a visitarlo a casa de Fanny un Sábado por la mañana y una semana después, ya estaba en casa. Aquí tiene sus juguetes, su rascador favorito, rompe cosas, duerme a los pies de mi cama, jugamos juntos, se deja acariciar de vez en cuando y se tumba encima del teclado del ordenador cada vez que me siento a escribir...

Jamás me han gustado los gatos ni había pensado en adoptar uno; pero a veces la vida da giros insospechados, y de pronto, te encuentras con un nuevo miembro en la familia.
NOTA: El de Copito no es un caso aislado. Hay muchísimos otros gatos en Asturias que necesitan un hogar. Conócelos en http://www.8vidas.org/

7 comentarios:

  1. Bonita historia. Me alegro que tenga este final tan feliz! Felicidades a ti por ayudar a Copito!

    ResponderEliminar
  2. Es una historia preciosa y , afortunadamente ,con un final FELIZ.
    Para el que desconozca el MARAVILLOSO mundo de los gatos le recomiendo que pruebe como casa de acogida y acabara siendo adoptado por el propio felino.
    Felicidades a Eva y Rafa: si Copito os ha adoptado es porque seguro que sois ESTUPENDOS.

    ResponderEliminar
  3. Me he emocionado al leerla.
    Mi hermano y cuñada tiene adoptado aun gatito ciego de un ojo y es la cosa mas cariñosa y bonita que te puedes encontrar.
    Mi sobrina lo tiene frito al pobre.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Es maravillos...... A Copito lo difundió todo el mundo hasta la saciedad. Creo que tod@s nos enamoramos de el a simple vista. Suave y lindo....¡Que suerte ha tenido! y como me alegro..... Algunas veces la vida es justa

    ResponderEliminar
  5. Que bien vives copito!!! :D Si es que eres un pequeño murciélago.

    ResponderEliminar
  6. Yo tengo un gatín igualito, se llama bola de nieve, también parece que este sordo, su pasividad ante todo es increíble. Pero por suerte se lleva genial con mi perro, parecen hermanos, y vive en el campo sin problema.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues al mío no me atrevería a juntarlo con ningún perro, la verdad!!! : )

      Eliminar

¿Qué te parece?