domingo, 25 de septiembre de 2011

Un cappuccino en el Caffé Reggio

Hoy os propongo un acertijo ¿Dónde creeis que fue tomada esta foto? Aunque no pueda oir vuestras respuestas, me las imagino: París, Florencia, Oporto... Pues no, sé que parece increíble, pero el Caffé Reggio está en el Greenwich Village, en pleno corazón de la Gran Manzana. Hasta que no viajé por primera vez a Estados Unidos, no entendí realmente el concepto de melting pot que me explicaban en la universidad.
Para alguien que ha nacido en una ciudad con más de mil años de historia, es difícil comprender que algunos lugares son un puzzle hecho de piezas de diferentes culturas, y si esto es cierto de Norteamérica en general, lo es mucho más de la ciudad de Nueva York, donde se encuentran influencias de todos los paises del mundo.
Uno de esos pioneros que quisieron llevarse las tradiciones de su tierra a Manhattan, fue el italiano Domenico Parisi, el fundador del Caffé Reggio, famoso por introducir el cappuccino en los Estados Unidos. Teniendo en cuenta el sabor de ese brebaje que llaman café americano, esto debió suponer un gran avance.
La cafetera original, construida en 1902, todavía se puede ver expuesta en el local, tan brillante como el día de la inauguración, en 1927.

Para acompañar el café, en la carta puedes encontrar casi cualquier dulce italiano que te puedas imaginar: profiteroles, tiramisú, cannoli, napoleon...

Pero, si he de ser sincera, lo que te tomes es casi lo de menos, lo realmente especial del Caffé Reggio, es que cuando cruzas la puerta pierdes la noción del tiempo y del espacio. Del calor y el ruido de la calle pasas a este oasis de tranquilidad, a media luz, donde suena música clásica y nadie parece tener prisa. Te sientas en un banco de madera tallada que perteneció a la familia Medici, bajo una pintura original del siglo XVI. Si de pronto entrase por la puerta Henry James, te parecería lo más natural del mundo...
Soy muy exigente en lo que a las cafeterías se refiere, además de ofrecer un buen café, debe ser acogedor, tener la decoración y el ambiente adecuados. Debe ser uno de esos sitios que invitan a la tertulia, donde uno se sienta a conversar y se le pasan las horas sin darse cuenta. El Caffé Reggio es uno de esos sitios.
CAFFÉ REGGIO
119 MAC DOUGAL ST
GREENWICH VILLAGE, NYC

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