Es curioso, si le hubieses preguntado hace diez años a cualquier erudito de la fotografía acerca de Vivian Maier, ninguno habría sabido contestar quién era; sin embargo hoy en día hasta una aficionada como yo conoce y admira su obra.
No sé si por suerte o por desgracia, a esta fotógrafa amateur la fama le llegó de forma póstuma. Digo que no lo sé porque, por lo poco que conocemos de su personalidad, intuyo que no habría disfrutado en absoluto del estatus de celebridad.
Hoy te voy a contar una historia real que parece de película. De hecho, es extraño que ningún productor se haya animado aún a llevarla a la ficción. Lo que sí tenemos es el documental "Finding Vivian Maier" (2013) que se ha llevado un buen número de galardones en diversos festivales.
Si no te importa voy a empezar este relato por el final, en el año 2007 cuando el fotógrafo norteamericano John Maloof, buscando documentación para un libro sobre Chicago, adquirió un extenso archivo fotográfico en una subasta.
El material, adquirido por menos de 400 dólares, procedía de un guardamuebles cuyo usuario había dejado de pagar el alquiler. Al principio no le dio mucha importancia a aquellos cajones llenos de tiras de negativos y carretes sin revelar. Como no le servían para su libro los dejó arrinconados e incluso llegó a vender algunos a través internet.
Menos mal que rectificó a tiempo y dándose cuenta del tesoro que tenía entre manos, se dedicó a preservarlo y clasificarlo. En una de las cajas halladas encontró un nombre escrito: Vivian Maier, lo tecleó en Google y el único resultado que le devolvió fue la esquela de una anciana de ochenta y tres años que había fallecido en Chicago sólo unos días antes. Corría el año 2009 y ya era demasiado tarde para conocer a aquella misteriosa mujer que dejaba tantas preguntas sin respuesta.
Con el tiempo Maloof consiguió recopilar más cajas con carretes, cartas y objetos personales de Maier, entre ellos su inseparable cámara Rolleiflex y se fueron revelando y positivando los cientos de películas que fue acumulando a lo largo de los años.
Hoy sabemos que Vivian Maier nació en Nueva York en 1926 en el seno de una familia de refugiados judíos y pasó sus primeros años en Francia. En 1925 volvió a Nueva York, aunque la mayor parte de su vida la pasó en Chicago.
Aunque parezca increíble viendo la excepcional calidad técnica y artística de estas imágenes, Vivian Maier nunca fue fotógrafa profesional, pero jamás salía de casa sin su cámara y disparaba miles de fotografías de las cuales revelaba sólo una pequeña parte por falta de dinero.
Siempre se ganó la vida como niñera de familias pudientes y sus niños la recuerdan como una especie de Mary Poppins que cuidaba de ellos como una madre. Alguna de las personas a las que cuidó la describen así:
"Era socialista, feminista, crítica de cine y campechana. Aprendió inglés yendo al teatro porque le encantaba. Solía llevar chaqueta de hombre, zapatos de hombre y un sombrero grande. Estaba tomando fotografías todo el tiempo y luego no se las enseñaba a nadie."
Si hay algo que me fascina de Maier es que fue un espíritu libre al que nunca le importó nadar contra corriente en una sociedad donde el matrimonio, los hijos y la vida doméstica eran la meta de una mujer decente. Nunca se casó, vivió una vida solitaria e independiente e invirtió su pequeña herencia en viajar sola por Oriente Medio, Asia y Sudamérica.
Desde que supe de la existencia de Vivian Maier, su historia me caló tan hondo que estaba segura de que nuestros caminos se juntarían en algún punto. Y así fue, hace unos meses conseguí visitar la exposición: "Vivian Maier's Chicago" que se muestra en el Chicago History Museum hasta Junio de 2017 y allí saqué estas fotos que muestran sólo un poco de su maravilloso trabajo.
Aunque al principio de su trayectoria Maier se inclinaba más por los paisajes campestres, con el tiempo fue desarrollando un estilo más personal y a partir de los años 50 se inclinó por la instantánea callejera coincidiendo con la adquisición de su cámara profesional de formato cuadrado.
Desde ese momento se dedicó a retratar el ambiente de su ciudad y esta muestra representa una oportunidad excelente de ver cómo era Chicago y sus gentes en los años sesenta y setenta del siglo pasado.
Por si quedaba alguna duda de su talento, la exposición incluye una serie de contactos de sus carretes en los que se aprecia que no hay ni una sola "toma falsa"; cada una de sus imágenes es una obra maestra. ¿Cuántas fotos borras tú en tu cámara digital antes de conseguir el resultado que buscabas? Yo... ¡un montón, lo reconozco!
+info: www.vivianmaier.com
Hola Eva!
ResponderEliminarQué increíble la historia de esta mujer; verdad que parece una película, si señora!
Yo la conocí, cuando a través de las noticias, salio su vida a la luz.
¡Cuánta gente habrá que esconde su arte a los ojos de lo demás! Será cuestión de ir de subasta en subasta... ;)
Recordarla otra vez es un placer, tanto como leer tus relatos!
Nos vemos!
Gracias, David, no estaría nada mal encontrar una cajita de esas en el Rastro, jejeje
ResponderEliminarLa expo de Chicago está muy bien, era la primera vez que veía fotos de ella en directo y me impresionaron, la verdad.