sábado, 9 de mayo de 2009

Anticuarios de París: Saint Ouen

Desde pequeña, una se forja una fantasía de París alimentada por las novelas y las películas románticas; de forma que, cuando llega el momento de conocerla, teme que esa imagen de la Ciudad de la Luz sólo exista en los anuncios de Chanel nº5.





Afortunadamente, París existe y todos sus tópicos cobran vida en el Marché aux Puces de Saint Ouen, el mercado de antigüedades más grande de Europa. Situado en el norte de la ciudad, en Porte de Clignancourt, abre cada Sábado, Domingo y Lunes, de 9 de la mañana a 6 de la tarde y visitarlo es una excelente forma de pasar el día.



El mercado está dividido en varios mercados más pequeños según el tipo de artículo o la época en la que están especializados.





Así, hay cientos de pequeñas tiendas dedicadas al arte de antiguas civilizaciones, muebles de diferentes épocas, lámparas, relojes, ropa, joyas, porcelana, libros... un sinfín de objetos impecables a pesar de tener, como mínimo, un siglo de antigüedad.



Supongo que a estas alturas, ya os habreis dado cuenta de que este lugar no es apto para todos los bolsillos, pero ¡soñar es gratis! Y mirar, también.


Ver esas joyas, esos modelazos vintage de Chanel, Balmain o Poiret, esos bolsos de fiesta de Dior....ay, merece la pena, aunque no te los puedas llevar a casa.


Además de las tiendas, hay cafés donde hacer una pausa y comer algo. Huelga decir que los camareros no son el colmo de la amabilidad, que un café cuesta cuatro euros y que el servicio es un agujero en el suelo común para hombres y mujeres. Aun así, una se siente especial, allí sentada, mirando a través de la ventana y con música de jazz de fondo.




Aunque todo lo que os he contado es digno de ver, si tengo que quedarme con algo de Saint Ouen, no es con las cosas, sino con las personas que lo pueblan: una raza aparte. El glamour es innato en ellos, charlan con sus vecinos delante de sus tiendecillas o se sientan a leer dentro.



Casi nunca te abordan si entras a curiosear su mercancía; sólo muy de vez en cuando, para explicarte la historia de una determinada pieza. Pero no parece que su intención sea vender, más bien se diría que estar allí es una excusa para salir del Chateau familiar y ver a sus otros amigos anticuarios.




Es el único lugar del mundo donde he visto perros durmiendo la siesta en sillas Luis XV que cuestan mi sueldo de un año, o chicos con americana y cinco vueltas de foulard al cuello en pleno verano. Al mediodía, se reunen en pequeños grupos, sacan mesas a la calle, beben vino y comen queso. Charme en estado puro, así es el París de Saint Ouen.

+info: http://www.parispuces.com/

3 comentarios:

  1. Definitivamente este es uno de mis rastros favoritos! Puedes pasarte horas callejeando sin darte cuenta, disfrutando de todas esas reliquias que no parecen terminarse nunca... Aunque en general, es bastánte caro, merece la pena por su variedad. Algún día volveré a elegir los muebles Art Decó para mi estudio!

    Cris,
    PhotoVintage Studios

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  2. Ay, sí, yo también quiero volver con un montón de pasta para gastar... A ver si se nos logra, Cris!

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  3. Me voy de viaje a Paris pronto y visitaré mercadillos de antigüedades el de St. Ouen es cita obligatoria pero no me quiero perder el <a href="http://planet.hupme.es/2010/01/mercado-de-vanves-en-paris/>Mercado de Vanves</a>!

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