domingo, 14 de febrero de 2010

Empire State Building


Apuesto a que mientras escribo este post, hay más de una pareja dándose el sí, quiero en lo alto del Empire State Building; algo que sólo está permitido hoy, el día de San Valentín.


La empresa The Knot, la organizadora de estas bodas tan peculiares, no ha inventado nada nuevo; simplemente ha sabido sacar partido de una realidad que ya existía: que el Empire State es uno de los lugares más románticos, no sólo en Manhattan, si no en el mundo entero.
Cada año, miles de parejas acuden al 350 de la 5ª avenida para tener una cita a ciegas, jurarse amor eterno o proponerse matrimonio.

Y ¿quién nos ha hecho verlo así? El cine, una vez más. A quién no se le ha escapado un suspiro viendo las tribulaciones de Cary Grant y Deborah Kerr en Tú y yo... Por no hablar de Kramer contra Kramer, Algo para recordar, o el pobre King Kong encaramado a su antena para que no le roben a su rubia.

Pero la principal razón por la que hay que visitar este emblemático edificio es para disfrutar de las magníficas vistas de la isla que se divisan desde su observatorio.

Una vez allí, podrías quedarte horas mirando todas las maravillas que se despliegan a tus pies: Times Square, la ONU, el edificio Chrysler, el Met Life.
La mejor hora del día es al atardecer, cuando empiezan a encenderse las luces de los coches y de los rascacielos y el cielo toma un tono azulado que nunca he sabido de dónde sale, pero que lo convierte todo en un decorado de cine.


Hay muchas otras atalayas en la ciudad, como el Top of the Wold en el Rockefeller Center, pero yo me quedo con el Empire State. Eso sí, para casarse no lo recomendaría; para tomar una decisión así, es mejor tener los pies en la tierra.

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