Los Secretos de Eva: Damas y Espejos, Madrid

¿Nunca os habeis preguntado por qué a Malasaña se le llama el Barrio de las Maravillas? Yo creo que es porque está lleno de tiendas tan bonitas como Damas y Espejos.

Este verano estaba dando un paseo por la zona, una de mis favoritas de Madrid, dicho sea de paso, cuando me encontré esta tienda. Ya de mano me gustó por su decoración y por lo bien puestos que estaban los escaparates.
El interior, desde luego, tampoco me defraudó. Es el tipo de establecimiento donde irías a comprarte una prenda especial para una cena con tus amigas o impresionar a algún chico. Ropa divertida para pasarlo bien, cosas que nunca te pondrías para ir a la oficina.

La persona que se recorre ferias y showrooms para traernos estos vestidos que tanto me gustan es Carolina Cebrián. En noviembre hará un año que se embarcó en esta aventura sin tener ninguna experiencia previa en el mundo de la moda.

Desde el primer momento tuvo claro el concepto de la tienda. Sería un lugar donde darse un capricho sin que la Visa echase humo, ofreciendo pocas unidades de cada prenda para garantizar cierta exclusividad. En cuanto al emplazamiento, no había duda de que debía estar en Malasaña, un barrio joven y dinámico donde Carolina ha pasado muchas tardes de tiendas y muchas noches de copas.

Junto a las marcas españolas, encontramos prendas traídas de Londres, vintage y una sección de artículos de comercio justo. Hay una nutrida selección de complementos desde bolsos a collares o tocados hechos por encargo...

Como veis, tanto la tienda en sí como su propietaria invitan a entrar en Damas y Espejos. Por supuesto puedes curiosear a tu aire si eso es lo que quieres, pero Carolina también ofrece un servicio gratuito de asesoramiento personal para las más indecisas.