lunes, 23 de mayo de 2011

Manhattan Gay Pride March

No hay en el mundo pueblo capaz de superar al americano en eso de organizar desfiles... No importa cual sea el motivo de celebración, cualquier excusa es buena para sacar a la calle carrozas, banderas, músicos y majorettes.

Sólo en la ciudad de Nueva York el calendario está repleto de pasacalles: el Día de San Patricio de los irlandeses por la 5ª avenida, el de San Gennaro en Little Italy, el Día de Puerto Rico,

el Mermaid Parade de Coney Island, el desfile de Macy's en Acción de Gracias, el Año Nuevo chino en Chinatown, el Halloween Parade en el Village y por supuesto, el 4 de Julio que festeja la fiesta nacional.


Y no puedo olvidarme de uno de los más emblemáticos y concurridos de Manhattan, el desfile del Orgullo Gay, o Gay Pride March como ellos lo llaman.


Un domingo cualquiera, hace ahora tres años, salí a pasear por la 5ª avenida y me la encontré transformada, cortada al tráfico, llena de globos, confeti y... ¿motos?


Pues sí, encabezando el desfile del Orgullo Gay salen las Sirens motorcyclers, el mítico club de mujeres motoristas de Nueva York.


Tras ellas, un batiburrillo de superheroes, drag queens y cachas en ropa interior dispuestos a pasárselo bien.


Que no os engañe este ambiente festivo, el origen de esta fiesta fue menos alegre y más reivindicativo.


En Junio de 1969 tuvo lugar una redada en un pub de ambiente llamado Stonewall Inn, en Greenwich Village, la respuesta fue una serie de manifestaciones por parte de los gays de la zona, que marcaron un antes y un después en la lucha por los derechos de los homosexuales.


Desde entonces, cada año en el mes de Junio se rememoran estos hechos con un gran éxito de público. Es curioso cómo los neoyorkinos esperan pacientemente dentro de sus coches a que se restablezca el tráfico de la calles aledañas.
Francamente, me llama poderosamente la atención el respeto y la simpatía que despierta la policía de Nueva York entre sus convecinos. No me imagino a los municipales españoles uniéndose a la fiesta con este entusiasmo, ni haciéndose fotos con los manifestantes.


Y mucho menos me puedo imaginar una carroza de los devotos del Cristo de Medinaceli o la Almudena, en Madrid sería impensable, a más de uno le daría un infarto. Sin embargo en Nueva York si que he visto varias de grupos religiosos de lo más variado.
Después de ver el desfile, lo que procede es trasladarse a tomar unas cervezas al Village, con todas sus casas y tiendas engalanadas con la bandera del arco iris.


Eso sí, por mucho que ésta sea la capital del orbe, en materia de fiesta España no conoce rival. El fiestón que habrá en las calles de Chueca el próximo 2 de Julio es difícil de encontrar en ningún lugar del mundo...

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