viernes, 7 de febrero de 2014

Papelera Palermo, Buenos Aires

No sé de dónde me viene esta obsesión por los artículos de escritorio, pero lo cierto es que me ha acompañado toda mi vida y que se acentúa con los años.
Desde bien pequeña, mi mayor ilusión a principio de curso era ir a comprar un papel bonito para forrar mis libros de texto y estrenar libretas, lápices, gomas de borrar y toda la parafernalia que rodeaba la vuelta al cole.
Observaba con envidia las cuartillas Galgo y los sobres de papel tela que mi padre guardaba en el cajón del escritorio, con su nombre impreso en cursiva y el interior forrado de azul pálido. 

Pensaba que de mayor tendría un secreter en mi habitación, de esos que se cierran con una persiana y que allí me sentaría por las tardes a atender mi correspondencia, como una dama victoriana.
Pronto llegué a la conclusión de que iba a ser más práctico poner una mesa para el ordenador y la impresora y me rendí a la evidencia de que el papel de carta perfumado era ya tan poco práctico como la cinta limpiadora del radiocassette.
Pero por aquel entonces ni se me pasaba por la cabeza que a estas alturas no iba a tener ni una sola carta que responder, que dejarían de llegar postales de mis amigas en vacaciones y que  hasta el banco me enviaría los extractos por email.
En fin, supongo que hay que ir con los tiempos: hemos ganado rapidez pero ha sido a costa de perder mucho glamour.
Yo siempre tengo cuatro o cinco cuadernos sin estrenar, y no hay viaje del que no me traiga al menos uno de recuerdo. Afortunadamente, les voy dando salida poco a poco porque yo lo apunto casi todo y además soy una forofa de las listas.
Así que cuando me enteré que a diez minutos escasos de mi casa de Buenos Aires estaba la papelería más famosa de la ciudad, me fui corriendo a conocerla.
La Papelera Palermo, que así se llama por estar situada en Palermo Soho, cumple este año su veinte aniversario.
Doy este dato para que se entienda que Papelera Palermo no es uno de esos negocios "de diseño" que suelen proliferan como setas en los barrios modernos.
Para que os hagáis una idea, Palermo Soho es una oda al estilo hipster, chicos con gafotas que van en bicicleta, boutiques de diseñadores emergentes, restaurantes de comida orgánica, cupcakes, terracitas chic... Supongo que sabéis a qué me refiero.
En cambio, Papelera Palermo, aun siendo un lugar innovador y moderno, tiene ese halo de los talleres de artes gráficas de antaño, donde tú ibas a encargar tarjetas de visita y tu abuela a comprar el calendario zaragozano.
De hecho, siguen apostando por los papeles artesanos y utilizando técnicas tradicionales de estampación y tipografía.
Cada año comparten su buen hacer con más de mil alumnos que asisten a los talleres de la Casa de Oficios, donde se ofrecen cursos de encuadernación, confección de papel, serigrafía y otras tantas disciplinas relacionadas con el proceso de fabricación y transformación del papel.

En Papelera Palermo se puede comprar papel pintado con estampados exclusivos de la casa o bien productos terminados como cajas, álbumes de fotos o agendas.
Uno puede encontrar hasta cosas que no sabía que necesitaba, como esta maravilla de etiquetas con formas de animales.
También ofrece obra gráfica de varios artistas colaboradores de la casa, de los que se programan exposiciones temporales.
Y para clientes más especiales, se confecciona todo tipo de artículos personalizados y hasta libros de artista.

Otro fuerte de Papelera Palermo son los recuerdos de Argentina. Algunos de ellos son un guiño a la historia del país, empleando juguetes antiguos o recortes de tebeos y revistas. Y no os hacéis una idea de lo bonitos que envuelven los regalos, da pena abrirlos...
Otros hacen referencia a personajes ilustres de la nación, como Borges o la omnipresente Eva Perón.
A veces me pregunto qué sería de la Argentina sin Evita; y no me refiero a las mejoras que pudo haber hecho en vida, si no a ese icono en el que se ha convertido, que atrae a los turistas como la miel a las moscas.

En materia de souvenirs en España nos queda mucho que aprender. Para ser una de las potencias turísticas del mundo, los regalos que les ofrecemos a nuestros visitantes, en mi opinión, dejan bastante que desear. 
Resumiendo, con todo esto que os he contado, ya os imaginaréis que no me fui de Papelera Palermo con las manos vacías. Pues no, me compré varias cosas.
Entre otras un cuaderno de Evita donde seguir haciendo mis listas... ¡es que no tengo remedio!
PAPELERA PALERMO
José Antonio Cabrera, 5227
Palermo
Buenos Aires

2 comentarios:

  1. Cómo mola! Los papelajos y demás también son santos de mi devoción y me presta dar una vuelta por locales de este tipo siempre que tengo ocasión.
    Y en concreto la última vez fue el pasado diciembre: En Nuremberg tuve la suerte de visitar la tienda Staedtler.
    Y me prestó por la vida! ;D

    Saludines Eva, guapísima la entrada!
    Nos vemos!

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  2. Qué peligro... yo en Staedtler quemo la Visa seguro, y tengo suerte de que Papelera Palermo quede tan lejos, si no seguro que me pasaba la vida haciéndoles encargos... ¡Gracias, Dave!

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