Cómo me gustan esos días en Madrid en vísperas de un gran viaje: un poquito de cultura y un mucho de relajación y buena comida.
1. Para ser sincera no destaca por la calidad de su café ni por la profesionalidad de sus camareros. A pesar de todo siempre vuelvo al PABELLÓN DEL ESPEJO, porque ¡es precioso!
Pertenece al Café El Espejo, vecino del café Gijón en el Paseo Recoletos y es un velador acristalado de estilo Art Nouveau. Tiene poco más de veinte años, pero su ambiente te transporta directo a la Belle Époque.
2. LA MUCCA DE PRADO está de bote en bote cualquier día de la semana y a cualquier hora. Es un sitio estupendo para tomarse un cocktail o una cena sencilla sin pretensiones, probablemente nadie va allí por la comida.
Pero el ambiente es agradable y la decoración muy cuidada; quizá lo más novedoso es que han incorporado ese concepto de tienda total que está ahora tan de moda: todo está a la venta, desde las velas hasta las sillas.
3. Qué pena ver que sólo los guiris visitan la Academia de Bellas Artes de San Fernando, es casi una desconocida para muchos madrileños y ni os imagináis todo lo que tiene que ofrecernos. Allí se encuentra la CALCOGRAFÍA NACIONAL, donde se exponen las planchas originales de los grabados de Goya.
4. Desde que la librería barcelonesa LA CENTRAL abrió tienda propia en Madrid, soy clienta asidua. Ya los teníamos en el Reina Sofía y la Fundación Mapfre, pero La Central de Callao, en la Calle Postigo de San Martín es más que un corner en un museo.
Este palacio de mil doscientos cuadrados alberga una selección de libros de todas las materias que te puedas imaginar, un extraordinaria sección de papelería y una cafetería restaurante de lo más acogedor. También organizan presentaciones de libros, consulta su agenda cultural.
5. En realidad LA POSADA DEL LEÓN DE ORO es un hotel que ocupa una corrala clásica madrileña. Pero lo que quiero recomendaros hoy es su enotaberna. La Latina es una zona muy turística y siempre hay algún local dispuesto a darte gato por liebre.
Sin embargo este establecimiento vende calidad; a mí me atrajo en principio por su selección de vinos por copas, pero luego descubrí la Tosta de Solomillo ibérico al Pedro Ximénez con piquillos. Creo que la foto habla por sí sola.
6. Para mí Ethel y Norman han sido siempre Katherine Hepburn y Henry Fonda, pero esta versión teatral de EN EL ESTANQUE DORADO, con Lola Herrera y Héctor Alterio me ha dejado impresionada, ahora ya no sabría con cual quedarme. Se representó en el Teatro Bellas Artes (junto al Círculo) hasta el 29 de Junio.
7. Todos lo hemos echado de menos durante estos tres años, pero ya está de vuelta. El anuncio de TÍO PEPE de la Puerta del Sol volvió hace unos meses remozado y en nueva ubicación después de que el gigante de la manzana ocupase su antiguo hogar.
Cuando lo retiraron se armó un revuelo tremendo con recogida de firmas incluida para pedir que se conservase este rótulo que lleva con nosotros más de ochenta años.
8. La librería Panta Rhei es un clásico de Madrid y de este blog. Como ya sabéis tiene una pequeña sala de exposiciones en el piso de abajo y ahí es donde descubrí este verano la obra de ROGER OLMOS.
Sus imágenes del libro infantil "Sinpalabras" tocan un tema controvertido donde los haya y muy de actualidad, la del maltrato animal, ciertamente sus dibujos hablan por si solos y dan mucho que pensar. Podéis verlos hasta el treinta de agosto en la calle Hernán Cortés, 7.
9. LA AUSTRIACA es una cafetería castiza donde las haya, de esas donde conviven pacíficamente currantes, modernos y guiris desde bien temprano y donde el segundo día ya recuerdan cómo tomas el café . El zumo de naranja es como el de tu madre, un vaso de Duralex hasta arriba y tiene unas tartas y bizcochos caseros que quitan el sentido. Yo cada día pruebo un nuevo: naranja, limón, chocolate... En San Onofre, 3, al lado de Fuencarral.
10. El ALMENDRO 13, situado en la calle que lleva su nombre, mejor ir entresemana, porque el sábado y el domingo te puedes eternizar para conseguir una de sus diminutas mesas.
Hay muchas cosas ricas en la carta, pero de sus tapas me quedo con las roscas de pan caliente y con los huevos rotos, que vienen con unas patatas en su punto de fritura ideal y con unos palitos de pan artesanos que están buenísimos.
11. De los locales malasañeros, EL RINCÓN me parece de los más auténticos. Vamos, que no parece formar parte de un parque temático hipster como algunos que lo rodean.
Es un sitio alegre y acogedor mañana tarde y noche, donde igual te tomas unas cañas que apañas la comida con una ensaladita rápida o plato casero sencillo, en sus exposiciones temporales se descubre algún que otro talento. Calle Espíritu Santo, 16.
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