lunes, 18 de agosto de 2014

Libros del Pasaje, Buenos Aires

Cuando llegó el momento de buscar alojamiento en Buenos Aires, no me lo pensé dos veces. Tenía que ser en Palermo Viejo. Tuve la suerte de encontrar un apartamento muy cerquita de la Plaza Italia, mi conexión con el resto de esta gigantesca ciudad a través del subte, que es como llaman allí al metro.
En las últimas décadas la vida moderna y artística porteña se ha trasladado a este barrio, así que fue todo un lujo descubrir los restaurantes y tiendas más punteros de la capital a sólo unas cuadras de casa.
Hay locales que te impresionan, otros que te sorprenden... y existe una tercera categoría, esos que dices: si me quedase en Buenos Aires para siempre estoy segura de que vendría por aquí muy a menudo.
Esa fue la sensación que me transmitió "Libros del Pasaje" desde el primer momento; ubicada en un inmueble antiguo de techos infinitos, es una librería a la vieja usanza con sus estanterías de madera y sus escaleras hasta el techo.
Pero a la vez moderna por sus contenidos, la juventud de sus dependientes y los pequeños guiños en la decoración como estos expositores con ruedas de bici incorporadas.
Desde su inauguración, en 2004 "Libros del Pasaje" realiza presentaciones de libros, colaboraciones con artistas de la zona y actividades para niños. 
Si por algo destaca Buenos Aires es por la cantidad y calidad de sus librerías, sin olvidar a sus libreros, que tienen un profundo conocimiento de su oficio; no hay título, autor o editorial que desconozcan.
Hoy en día, por influencia de las grandes superficies, los libros pasan del top ten al ostracismo en pocas semanas. 
En este establecimiento consideran que esa excesiva rotación es perjudicial, prefieren dar una oportunidad y exhibir durante más tiempo las obras que destacan por su calidad, aunque ya no sean novedad o superventas.
Por si aún no os he convencido para visitar este local, os diré que es lo que se llama allá una tienda-boliche. Es decir, que además de comprarte un buen libro puedes tomarte un café o incluso comer en el café Antonia.
Para el almuerzo me gusta más la terracita semicubierta, muy luminosa y alegre. Para el desayuno o café de media mañana prefiero las mesas de dentro, rodeadas de libros.
Mi manual para disfrutar de "Libros del Pasaje" es el siguiente; admite pequeñas variaciones pero yo os aconsejo que lo sigáis al pie de la letra para mayor disfrute.
Curiosea sin prisas entre la amplia oferta y prueba a comprar algo diferente, un cómic, un poemario, una novela gráfica de esas que están ahora tan de moda, cualquier cosa estará bien si es nueva para ti.
El café Antonia es uno de esos sitios para holgazanear el sábado por la mañana, después de haber dormido hasta tarde, sin prisas, con todo el fin de semana por delante y jazz muy suavecito o bossa nova de fondo.
Así que siéntate a leer el Clarín del sábado con sus mil suplementos y pide un café, que lo ponen muy rico. El vaso de agua se sobreentiende ¡menos mal! Yo es que puedo entender el café con leche sin azúcar, pero no sin agua... Por suerte, fuera de España, te suelen poner una jarrita sin pedirlo.
A lo mejor te crees que vas a conformarte sólo con eso. No sé cómo andarás de fuerza de voluntad, pero yo no recuerdo haberme tomado ni un sólo café en Buenos Aires sin acompañarlo de algo rico, las tentaciones son demasiadas... Así que no sufras y prueba la delicia de frutos secos y miel. ¡Un día es un día!
 LIBROS DEL PASAJE
C/Thames 1762
Palermo Viejo-Buenos Aires

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